Reclusa construye cuna para su bebé que crecerá en prisión junto a ella

Adriana supo de la llegada de su pequeño José, lo que implicó que aprendiera el oficio de carpintería en una prisión de Tabasco

Casimiro Sánchez / El Heraldo de Tabasco

  · domingo 14 de enero de 2018

Foto: Casimiro Sánchez / El Heraldo de Tabasco

VILLAHERMOSA, TABASCO.- Se llama José. Nació sano hace unos días en el Hospital de la Mujer y ahora vive con su madre, Adriana, en el Centro de Prevención y Reinserción Social del Estado (CRESET), donde recibe atención de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) a través del Programa “Crecer Sin Barreras”.

Ley Nacional de Ejecución Penal permite que el hijo de una interna esté junto a su madre hasta los tres años. En Tabasco también se cuida la protección de los derechos humanos y se privilegia el interés superior del menor.

El Director General de Prevención y Reinserción Social, Arturo Maldonado Pulgar, explica que el Programa “Crecer Sin Barreras” existe desde el 2015 en el CRESET y permitirá otorgar varios beneficios al recién nacido.

Foto: Casimiro Sánchez / El Heraldo de Tabasco

“A José le vamos a tramitar su Acta de Nacimiento con apoyo del Patronato de Preliberados, su Seguro Popular con apoyo de los amigos del DIF y de la señora Martha Lilia López Aguilera de Núñez y todo lo que tenga que ver con sus vacunas”, detalla el servidor público.

Maldonado Pulgar agrega que cuando el niño vaya creciendo también podrá integrarse a la Guardería Infantil del CRESET: “Ahí tenemos una puericultora que le va a ayudar a desarrollar sus habilidades psicomotoras, además que va a poder jugar e interactuar con otros niños porque ya con José son siete los niños que cohabitan con sus madres aquí en prisión en el CRESET”.

LA CUNA

Foto: Casimiro Sánchez / El Heraldo de Tabasco

Desde que supo de su embarazo, Adriana, la madre de José, comenzó a prepararse para recibir a su hijo. Se inscribió al taller de carpintería que tiene el CRESET dentro de los programas de reinserción y con sus propias manos construyó la cuna de madera donde ahora duerme su bebé.

No fue fácil pero en todo momento contó con el apoyo de custodios y otros internos, de quienes recibió impulso. Ella misma lo dice: “He tenido el apoyo de mis compañeras y compañeros con los que estuve en el taller y pues, eso es lo más bonito de todo, el apoyo que tienes de las personas”.

Cuenta Adriana que cuando comenzó a sentir los síntomas de parto de inmediato recibió atención y la trasladaron al Hospital de la Mujer para dar a luz. Ahora lo que más desea es tiempo y salud para José.

“Espero estar con él más tiempo, no sólo el que es reglamentario aquí sino también afuera, y espero que esté sano, espero que tenga mucha salud”, dice Adriana mientras cuida a José, quien duerme plácidamente en la cuna de madera que su madre hizo especialmente para él.