Chiapas.- Irineo Mujica, integrante de Pueblo sin Fronteras ypromotor de la caravana migrante, no puede salir de Chiapas puesenfrenta un proceso por una supuesta agresión del contingente quelidera hacia elementos de seguridad federales, tras la cual tuvoque pagar una fianza de 10 mil pesos para quedar en libertadcondicional el 20 de octubre.
Con 47 años de edad y residencia en Estados Unidos, de formacontinua viaja a México para encabezar o participar en movimientosen defensa de los derechos de migrantes en tránsito, por lo quepese a la restricción impuesta, primero para no abandonarTapachula y después la entidad, afirma que continuará la marchade la caravana hasta donde llegue.
Sobre la ruta a seguir, señala que subir a La Bestia representaun peligro, debido a la cantidad de personas que viajan en esteéxodo. Apunta que por ahora se debe salvaguardar la integridad delas familias y niños de un contingente que ya suma alrededor desiete mil personas, las cuales por las carreteras y calles del surde Chiapas elevan la alerta debido a las condiciones de calor yprecariedad en que viajan.
Irineo Mujica asegura que las restricciones que las autoridadescolocaron son una represión contra el movimiento migrante y unatentado contra su libertad de expresión.
ALGUNOS SE QUEDAN
¿Qué pasó, ya no seguirán?, se pregunta en Huixtla aintegrantes de la caravana. “Tenemos miedo a seguir, pero sobretodo perder a nuestros niños”, responde una de las madres. Y esque apenas la noche del pasado martes se extraviaron tres pequeñosentre la multitud. “La verdad nos costó encontrarlos”.
El sueño americano sigue para miles luego de descansar un día,pero al menos 500 decidieron no continuar. Por el momento el sueñode llegar a Estados Unidos se desvanecía para ellos que eligieronacogerse a la hospitalidad de estas tierras y comenzaron a buscartrabajo.
A los hondureños que siguen la marcha sólo los impulsa eltemor de que si vuelven, morirán de hambre o a manos de las marasen su país y se aferran a su fe.
“Primero Dios”, dicen a cada instante. “Si Dios lopermite, llegaremos”, se repiten casi como un mantra, esperandoque Dios sea el escudo que les proteja del cansancio, sed, pobrezao muerte.
Desde la noche del martes habían anunciado que saldrían a las5:00 hacía Mapastepec; sin embargo, fue a las 3:30 cuando comenzóel movimiento. La ruta hacia esa localidad es un desierto sin arenay repleto de asfalto y señalamientos carreteros. Se hacen cincohoras, algunos más retrasados hasta siete, pero al final del día,pasadas las dos de la tarde, la “banda” llegó a la plazacentral para hidratarse, y no basta una botella de agua pura, serequieren sueros.
El suelo está caliente, quema a espalda, desgasta los tenis,seca rápido las gotas de sudor. Pero falta lo peor: la ruta quelleva a Arriaga, en la frontera con Oaxaca, donde el calor pasaráfactura a los desgastados centroamericanos que iniciaron un éxododesde San Pedro Sula hace ya casi una quincena.