Entre el 1 de enero y el 9 de diciembre de 2020, fueron localizados los cuerpos de 53 personas en las diferentes fronteras de la ciudad.
Las muertes ocurrieron a causa de: ahogamiento en los cauces de ríos (gran parte, a lo largo del Río Bravo); deshidratación en el desierto y lesiones derivadas de accidentes en zonas montañosas, tras ser abandonados por “polleros” o supuestos “guías” que cobran por llevar personas a la frontera o pasarlas a territorio estadounidense.
De las personas que perdieron la vida, la mayoría son hombres; por rango de edad, el más numeroso corresponde a la franja de 20 y 30 años, seguidos de 30 a 40; luego los mayores de 50 (entre ellos un hombre de 88 años); menores de edad de 10 a 20; y, por último, dos infantes menores de 10 años: un bebe de un mes y otro de 11 días de nacido.
Cabe mencionar que 48 por ciento de los cuerpos recuperados no contaban con algún documento de identificación, su edad y nacionalidad se obtuvieron través las personas migrantes que lo acompañaban.
El Instituto Nacional de Migración refrenda su compromiso y vocación por la salvaguarda de las personas migrantes, sin importar su edad, origen, credo o raza; condición social, económica o política; siempre con estricto apego a sus derechos humanos.
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