Ciudad Juárez, Chihuahua.- Presurosas y a las carreras, así es como cientos de familias llegaron desde temprana hora a las instalaciones del Centro de Reinserción Social Estatal No. 3, para convivir con sus seres queridos y disfrutar de los festejos navideños.
Cajas de pizzas, pan y tuppers con pozole, menudo, tamales, pavo y hasta pollito rostizado, se podía apreciar entrando y saliendo de dicho penal, en un esfuerzo de los directivos del CERESO para que sus internos tengan 25 de diciembre con calor de hogar.
Con una sonrisa en su rostro, pero notablemente apurado, el señor Carlos Baylón, cargaba un poco de "recalentado" que llevaba para un hermano, platicando de manera breve para periódico El Mexicano.
Aunque no los dejaron ingresar regalos, se veían contentos de poder pasar este día festivo junto a su interno, al mismo tiempo que aseguraba no haber tendió problema alguno para ingresar.
Sin embargo, las exhaustivas revisiones hicieron pasar un la sabor de boca a algunos visitantes, que por una u otra razón tuvieron que esperar más de lo debido para poder entrar.
Tal fue el caso de la señora "María", quien dijo que su filial ya estaba dentro festejando con su hermano, pero que como ella no se acordaba del número de celda, los custodios no le permitieron entrar.
Para colmo, ella era la encargada de llevar el pastel, por lo que tuvo que pagar a su mamá para que ella lo comprara y lo metiera al CERESO, mientras seguía afuera esperando una respuesta para entrar.
Por su parte, "Yaneth" se regresó corriendo hasta su carro para dejar su chamarra, ya que no le permitieron entrar con ella por llevar los colores que utilizan los reos al interior del centro penitenciario, esto, como medida de seguridad.
Algo sonriente, platicó que el motivo de su visita era ver a su papá Don Gerardo y pasar así una mañana alegre, con sus nietos, pero, a pesar de que cuenta con "código" que facilita y da rapidez a las visitas, el hecho de tener que regresar por la chamarra, la hizo tener que esperar media hora más, mientras los alimentos eran revisados.
Toda la comida debía de ser ingresada en bolsas y tuppers transparentes, prohibiendo la entrada de aquellos alimentos que iban en bolsas de supermercado o tipo "camisa".
Dichas bolsas, eran ofertadas al exterior del penal a 5 y 10 pesos por algunos comerciantes que aprovecharon la ocasión, para llevar un dinerito extra a sus casas.
Según los veladores, las visitas dieron inicio a las 8:00 de la mañana y terminaron a la 1:00 de la tarde, con un aproximado de mil 300 visitantes contabilizados durante estas cinco horas.
La comida era entregada a unos custodios por el área de Aduana, para su inspección, mientras que las personas eran enviadas a un filtro de revisión por la entrada principal de visitas y al final, se reunían con sus seres queridos en el área del comedor.
Por esta ocasión se canceló la visita conyugal, sin embargo esta sería reanudada durante la semana en los horarios habituales, señalaron los guardias.