Tal parece que los ataques a bares y cantinas de esta ciudad podrían recrudecer, esto luego de que durante la noche del miércoles hombres armados lesionaran a balazos a un hombre y una mujer afuera del bar Safari.

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Dicho establecimiento se encuentra ubicado en el cruce de las calles Ignacio Mejía y Agustín Lara, en plena Zona Centro de la ciudad, a tan solo un par de cuadras de la Presidencia Municipal.

Desafortunadamente, en menos de una semana se han registrado cuatro ataques contra bares y cantinas de esta frontera, según archivos periodísticos y datos compartidos por las autoridades municipales y estatales.

Uno de estos ataques se registró el pasado 21 de julio en el bar El Saguaro, ubicado en las avenidas Tzetzales y Mayas, de la colonia Aztecas.

Ahí, dos personas murieron y dos mujeres fueron llevadas a recibir atención médica, una de ellas en condición delicada.

Para el 25 de julio, un hombre fue emboscado a balazos en la puerta principal del bar Vaqueras, de las avenidas De La Raza e Insurgentes, sin embargo este logró salvar su vida, teniendo que ser llevado a una clínica con varios impactos.

A su vez, el martes 28 de julio, hombres armados llegaron hasta el restaurante-bar El Bodegón Mexicano, de la Francisco Villarreal Torres, para disparar en varias ocasiones en contra de los cristales y la fachada del establecimiento, sin que se reportaran lesionados.

Finalmente, el último hecho es el del bar Safari, sin que hasta el momento la Fiscalía de Distrito de a conocer un móvil para determinar si estos ataques están relacionados o son producto del denominado cobro de piso.

En el lugar se dijo que uno de los baleados era el dueño de la Sonora Extrema, agrupación que ese día amenizaba el tugurio, mismo que se encontraba a reventar, según empleados del lugar.

Amigos trasladaron al lesionado, identificado con el mote de “El Piwi”, a qué recibiera atención médica en un hospital de la ciudad, mientras que la mujer fue atendida por paramédicos de la Cruz Roja y llevada en código rojo a otro nosocomio.

Por el momento se desconoce cuál de los dos era el blanco del ataque, ya que la fémina era una cliente del lugar que al momento de la agresión había salido a fumarse un cigarro.