La primera ministra británica, Liz Truss, ha admitido que el anuncio de su plan fiscal para estimular el crecimiento ocasionó "alteraciones" en la economía nacional al tiempo que insistió en que se actuó de manera decisiva para controlar las finanzas del país.
En unas declaraciones divulgadas este sábado por el tabloide The Sun, la jefa del Ejecutivo de Londres justificó de nuevo el controvertido programa con el que planea fomentar el crecimiento económico del Reino Unido, que ha causado inestabilidad en los mercados y ha hundido la libra.
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"Voy a hacer las cosas de manera diferente. Esto implica tomar decisiones difíciles e implica (ocasionar) alteraciones a corto plazo", reconoció Truss al citado periódico.
La líder tory reiteró asimismo su compromiso para "hacer que la economía crezca" con medidas para estimular el crecimiento en ocho áreas: regulación de empresas, agricultura, vivienda y planificación, inmigración, conexiones móviles y de banda ancha, servicios financieros, cuidado de niños y energía.
Truss también dijo al citado tabloide que mantendrá "un puño de hierro sobre las finanzas nacionales".
Cuando el gobierno británico reveló los detalles del llamado "mini presupuesto", con masivos recortes fiscales, no presentó, como es habitual al hacer este tipo de declaraciones, las valoraciones económicas para la economía del país, algo que preocupó a los inversores y obligó al Banco de Inglaterra a intervenir anunciando la compra de bonos soberanos de emergencia.
Hasta ahora, la primera ministra ha rechazado los llamamientos de varios sectores para dar marcha atrás a los recortes, aunque indicó esta semana que publicará las perspectivas del organismo supervisor fiscal del país, la Oficina de Responsabilidad financiera (OBR), el 23 de noviembre, el mismo día en que se espera que el "chancellor" dé a conocer más planes para la economía.