Un proyecto de ley de reforma del sistema migratorio estadounidense se hundió este miércoles en la Cámara de Representantes del Congreso, a pesar de un impulso de última hora por parte del presidente Donald Trump.
Ese proyecto de ley abría un camino a la legalización definitiva de jóvenes inmigrantes llegados al país siendo niños pero también incluía recursos para la construcción de un muro en la frontera con México.
El proyecto de ley recibió 121 votos a favor y 301 en contra, en medio de protestas de legisladores de los dos partidos.
Para los Republicanos, el proyecto no era suficientemente duro con la inmigración ilegal, y para los Demócratas el texto no ofrecía una solución razonable a la situación de las familias de inmigrantes separados en la frontera.
El resultado, sin embargo, mostró el quiebre evidente de la unidad entre los Republicanos en lo que se refiere a la cuestión migratoria.
Este partido conservador, aliado de Trump tiene 235 bancas sobre un total de 435.
En la mañana de este miércoles el propio Trump tomó la iniciativa de contactar telefónicamente a legisladores influyentes de la bancada Republicana para tratar de unificar el voto, pero no tuvo éxito.
El mandatario incluso recurrió a la red Twitter para afirmar que "los Republicanos deben votar en favor de ese proyecto de ley severo pero justo".
Con el fracaso de este proyecto de ley (que hasta la semana pasada era considerado de 'compromiso' para unificar posiciones entre Republicanos y Demócratas) se abre ahora un interrogante sobre el próximo paso.
Diversas versiones coincidían en señalar este miércoles que los legisladores podrían concentrarse ahora es una ley específica para tratar de las familias separadas en la frontera.
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Estados Unidos comenzó a aplicar en mayo una política de 'tolerancia cero' con la inmigración ilegal que forzaba el arresto y procesamiento criminal de todos los adultos que hayan ingresado ilegalmente al país.
En el caso de las familias enteras, eso motivó el arresto de los adultos separados de sus hijos menores de edad.
Así, a mediados de junio había más de 2 mil 300 niños y menores de edad separados de sus familias y dispersados por albergues por todo el país en espera de que sus padres sean deportados.