Dos meses después de que la Secretaría de Salud reconoció que se requería actualizar la norma para diagnosticar y atender la tuberculosis en México, el gobierno de la Cuatroté solicitó cancelar la NOM006-2103 relacionada con el control y prevención de ese padecimiento.
El gobierno federal había recomendado el 22 de marzo actualizar esa norma, debido a que incrementaron 44.3 por ciento los casos de tuberculosis en México (de 2020 a 2021), la enfermedad “no está bajo control”, el éxito de los tratamientos médicos se redujo, subió la letalidad y existe una subnotificación de contagios que en conjunto “hace que sea una olla exprés que nos va a estallar”, dijo Fátima Leticia Luna López, directora de Micobacteriosis del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece).
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Al explicar el panorama de tuberculosis en México, la funcionaria de la Secretaría de Salud indicó que existe una serie de factores que se combinan y llevan a esa situación de “olla de presión”: dificultades burocráticas para obtener las pruebas para el diagnóstico, problemas de abasto en las medicinas que incrementa la resistencia a fármacos, una reducción en el éxito de los tratamientos y el desabasto de la vacuna BCG que tendrá un impacto en los próximos cinco años.
También consideró que existen casos subestimados de contagio y diferencias reportadas respecto a lo que calculan organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ante ese panorama recomendó “actualizar la norma” para la vigilancia, prevención y control de la tuberculosis. Pero contrario a comenzar un proceso de consulta con los expertos, dos meses después la misma Secretaría de Salud incluyó ese documento en la lista de “normas vigentes a ser canceladas”.
La funcionaria del Cenaprece mencionó que para atender la enfermedad existen 13 retos y uno de ellos es “la actualización de una NOM viva”, además de buscar los casos activos en el primer nivel de atención, fortalecer la red médica, los recursos financieros y la respuesta terapéutica meníngea, es decir, en niños que no recibieron la vacuna BCG, entre otras.
En el curso Academia, Gobierno y Sociedad Civil en Alianza para el Control de la Tuberculosis en México 2023, realizado entre el 22 y 24 de marzo en el Instituto Nacional de Salud, a propósito del Día Internacional de esa enfermedad, Fátima Leticia Luna López presentó ante expertos los más recientes datos de casos notificados en los últimos cinco años.
Dijo que en medio de la enfermedad por Covid-19, los casos pasaron de 18 mil 339 en 2020 a 26 mil 463 en 2021, lo que significa que aumentó en ocho mil 124 casos, —es decir, 44.3 por ciento—.
Mientras que las defunciones pasaron de dos mil 125 en 2015 a dos mil 292 en 2021, un crecimiento de 7.8 por ciento.
La funcionaria de la Secretaría de Salud explicó que hay entidades como Baja California o Nuevo León que presentan tasas como las que se registraban a inicios del siglo pasado. Además de que en promedio, a escala nacional, sólo se diagnostican tres de cada 10 casos.
Incluso dijo que la OMS estima que la cantidad de personas contagiadas en México es superior a lo que reporta el gobierno federal. Mientras la Secretaría de Salud registró 20 mil 382 casos en 2021, el organismo internacional reportó 32 mil.
También presentó una gráfica en la que se observa que en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador el éxito de los tratamientos bajó de 85.4 por ciento en 2019 a 80.3 en 2021.
Al hablar de los grupos en riesgo, dijo que está la población indígena, pero enfatizó que desde el inicio de la administración del presidente López Obrador los casos de tuberculosis entre los niños menores de cinco años se incrementaron de una tasa de 0.1 a 0.4., lo cual se debe, explicó, al “desabasto de la BCG” y “eso va a estar impactando en los próximos cinco años”.
Con base en ese diagnóstico, la funcionaria dijo que en México “hemos bajado la guardia” y la alta tasa de personas con tuberculosis sin identificar hacen “que podamos decir que no estamos en control” de la transmisión de la enfermedad.
Al respecto, la Encuesta Nacional de Salud reveló que la cobertura de la vacuna BCG estuvo impactada por el cierre de actividades por la pandemia de Covid-19.
Para 2022, se estimó que apenas 78 por ciento de los niños de menos de cinco años tuvieron acceso a las dosis para prevenir tuberculosis y 22 de cada 100 niños no recibieron el fármaco.
El investigador Héctor Javier Sánchez Pérez, titular de tiempo completo del Departamento de Salud del Colegio de la Frontera Sur, aseguró que es preocupante que en lugar de optar por la actualización de las normas se busque su cancelación, en particular porque nuestro país ha quedado atrasado en diferentes niveles y ámbitos en la prevención, diagnóstico y atención de algunas enfermedades.
El especialista en tuberculosis dijo que la NOM006-2103 para la Prevención y Control de ese padecimiento es un claro ejemplo, dado que hay un rezago técnico en el diagnóstico de pacientes.
“Mientras en la mayoría de las entidades en México se sigue aplicando la baciloscopía como método de diagnóstico de la enfermedad (la cual tiene una limitada sensibilidad) en otras partes del mundo ya se tiene acceso a pruebas moleculares con mejor capacidad diagnóstica, aunque estas son mucho más caras”.
En torno a los tratamientos, dijo que la norma permite tener un referente homogéneo para el tratamiento de la enfermedad y al cancelarse lo que ocurrirá es que los médicos recurrirán a guías de atención internacionales, que no necesariamente se ajustan a la realidad mexicana.
Por ejemplo, la OMS recomienda el uso de fármacos capaces de acortar el tratamiento de seis a cuatro meses que en México aún no se disponen o son de muy difícil acceso.
Sin una norma obligatoria que estandarice los procedimientos de prevención, diagnóstico y tratamiento se corre el riesgo de que se continúe la cadena de transmisión de la tuberculosis, que no se realicen los tratamientos adecuadamente o no sean supervisados y, en consecuencia, aparezcan casos de resistencia a los fármacos utilizados.
“El problema viene cuando la persona afectada por tuberculosis empieza a generar resistencia y en lugar de que logre su curación en seis meses, tengamos casos de personas que les lleva más de año y medio mejorar su condición; además de que en esos casos se utilizan medicamentos más agresivos, con mayor potencial de toxicidad y mucho más caros”.
El especialista coincidió en que tras la pandemia de Covid-19 es preocupante el aumento de casos de tuberculosis en México y el desabasto de la vacuna BCG, lo que puede impactar en la aparición de casos graves y que resulte insuficiente la cantidad de recursos que tiene el Programa Nacional de Tuberculosis de la Secretaría de Salud para su control.
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“Es importante que no sólo (no) se cancele la norma respectiva, sino que se actualice de acuerdo con los últimos avances en su prevención, diagnóstico y tratamiento”, concluyó.
El 1 de junio, con la publicación del Programa Nacional de Infraestructura de la Calidad 2023 en el Diario Oficial de la Federación, la Cuatroté reveló el listado de “normas vigentes a ser canceladas”. Indica que son “65 a cancelar en el presente año” y 35 son en el sector salud, una de estas es referente a la tuberculosis.