Ciudad Juárez, Chihuahua.- La ola de violencia en Ciudad Juárez mantiene saturado el corralón de la Fiscalía General del Estado en la Zona Norte, donde en su mayoría, los vehículos ahí resguardados formaron parte de algún ajuste de cuentas o hecho violento, sumando un total de 2 mil 500.
El corralón se encuentra ubicado a la altura de la glorieta del kilómetro 20 de la carretera Panamericana, lugar en el que también son almacenados los carros recuperados con reporte de robo y aquellos que fueron utilizados en algún otro ilícito.
Alejandro Ruvalcaba, vocero de la FGEZN, indicó que el trámite para recuperar alguna unidad es el presentar la legítima propiedad del automotor, siempre y cuando se haya terminado con el peritaje o investigación correspondiente.
El interesado debe de presentar la factura y el pedimento del vehículo, una identificación oficial y un comprobante de domicilio, todo esto en el edificio de la corporación que se encuentra ubicado en la avenida Juan Gabriel, casi cruce con la calle Aserraderos.
En caso de que la unidad no cuente con matrículas, se debe de presentar un documento notariado o el titulo original, junto con la identificación y el comprobante de domicilio, haciendo énfasis en que el trámite es totalmente gratuito y no genera ningún costo, según dijo Ruvalcaba.
En julio del 2018, la FGE anunció el remate de casi 6 mil unidades almacenados en sus corralones de todo el estado, entre los cuales, 3 mil eran de Ciudad Juárez y su venta estuvo a cargo de la Administración de Fondo de Procuración de Justicia.
Para ese mismo mes, se anunció que otros mil 700 carros “chocolates” abandonados en los corralones de Juárez, Parral, Chihuahua y Cuauhtémoc, serían convertidos en chatarra, mil de ellos almacenados en esta frontera.
Sin embargo, en la mayoría de los casos donde el vehículo fue relacionado con un ajuste de cuentas o su dueño fue asesinado al interior, los familiares optan por no reclamarlo y los abandonan en el corralón, al representar un mal recuerdo para ellos.
Muchos cuentan con manchas de sangre en tapicería, asientos y hasta en la carrocería, además de que se les pueden apreciar múltiples impactos de bala en vidrios y puertas, por lo que su reparación resulta costosa al final.