La señora Verona Fátima Escudero Granados nunca imaginó que una publicación en Facebook le costaría su trabajo como asistente del juez calificador de Vialidad en el Distrito Sur, en el pasado 6 de marzo.
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Según refiere, días antes, durante unas lluvias que se registraron en la ciudad, ella cayó en un bache que le dañó la llanta y el rin de su vehículo, por lo que en redes mostró su descontento y trató de prevenir a la ciudadanía para que evitaran circular por calles inundadas o dañadas.
Para su mala suerte, empleados del Municipio monitorearon su perfil personal y dieron aviso a sus directivos, por lo que ese día por la mañana fue notificada de su cese, obligándola a firmar su renuncia con tal de "no verse afectada y poder trabajar en otra administración", a pesar de que es discapacitada y ya estaba por alcanzar su jubilación.
Declaró que cerca de las 10:00 de la mañana de ese 6 de marzo le avisaron de Administrativo de Seguridad Pública que la estaban buscando, pero ella pensaba que era para tratar el problema de su cajón de estacionamiento, ya que por su discapacidad batallaba mucho para encontrar un lugar.
Pero cuál fue su sorpresa que fue recibida por el jefe de Recursos Humanos, además de otras dos personas de nombre Jorge Ponce y Retana, quienes le pidieron no entrar con su celular, dándole la orden de dejarlo en el escritorio.
"Vengo a despedirla, ya no va a trabajar usted más en el Municipio, por órdenes de arriba, del presidente municipal, él está facultado para despedir a la hora que sea y cuando él quiera a todos los empleados de confianza", le dijo uno de los licenciados, quien le mencionó una serie de artículos laborales.
Aunque ella pidió hacer una llamada para hablar con sus jefes, le negaron tal derecho, argumentando que ellos iban a cesarla o hacerla firmar su renuncia, sin darle mayor aclaración sobre el problema que había ocurrido.
Una y otra vez, los empleados municipales le recalcaron que está decisión fue orden del presidente municipal, Armando Cabada, además de que la intimidaron con "quemarla" para que no pudiera trabajar en otra administración, sea cual sea.
Ante la confusión y el miedo, por error, firmó la renuncia, para posteriormente ser sacada de las instalaciones del Distrito Sur, por lo que ella comenzó a indagar cuál fue el motivo por el que le quitaron su único sustento.
Fue entonces cuando recordó dicha publicación en Facebook, pero aclaró que ella lo hizo como cualquier otro ciudadano, ya que los daños en su vehículo fueron costosos, recalcando que "las calles son una porquería y en ninguna administración habían estado en tan malas condiciones".
"Si no tienes a que salir a la calle no lo hagas, porque vas a caer en miles de baches", fue otra de las publicaciones que realizó a finales de febrero, según recordó.
Su sorpresa fue mayor cuando al acudir a la Presidencia Municipal durante la semana pasada, le dijeron que Cabada cuenta con un equipo de "espionaje" que revisa medios y redes sociales, para monitorear los ataques en su contra y ver si los autores de estos son empleados municipales.
Recalcó que ella ya interpuso una denuncia ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, ya que la obligaron a firmar la renuncia, dejándola desprotegida de su seguro médico y sin su jubilación, la cuál hubiera alcanzado a mediados de este año.
La señora Verona, de 69 años de edad, ahora espera ser escuchada y que se pueda mediar algo, para no perder sus beneficios y aunque sea le permitan alcanzar su jubilación, ya que gran parte de su vida la ha dedicado al servicio de la ciudadanía.
"Me trataron peor que una maleante diciéndome que recogiera mis cosas y me saliera de la oficina porque no tenía derecho de estar ahí, yo sostengo que publiqué eso pero lo publiqué porque fui afectada en la llanta de mi carro", finalizó estallando en llanto.
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