Chihuahua, Chih.- En la ciudad de Chihuahua existe una situación de peligro para un gran número de familias en las colonias de la periferia, sobre todo aquéllas que están habitando nuevos asentamientos, ya que una de las primeras cosas que practican sin noción del riesgo que esto representa, es el colgarse de la red eléctrica por medio de los conocidos “diablitos”.
Las colonias El Porvenir y México, ubicadas al norte de la ciudad, son algunas en donde es frecuente ver este tipo de acciones, en que la gente se cuelga de los postes de luz para jalar mediante largos cables la electricidad para su hogares, y así no tener que pagarla.
Esto representa un grave peligro, sobre todo para los niños que desconocen el riesgo que conlleva tropezar o agarrar un cable mal instalado, habiéndose presentado ya muchos accidentes con este tipo de conexiones.
Recorriendo estas colonias se pudo observar que hay cables que recorren más de 100 metros por el suelo hasta llegar a las casas para poder robar la luz, donde los niños caminan para ir o venir de su escuela y salen a jugar, sin tener la debida precaución de no llegar a tropezar con estos cables.
Por otra parte, al sur de la ciudad, habitantes de la colonia La Noria también exponen su seguridad al tener conexiones irregulares a la luz eléctrica, mismas que cruzan las calles y saturan los postes de la CFE, sin que exista algún control para instalar los llamados “diablitos”.
A pesar de que las casas son de cartón y en el lugar se encuentran varios encharcamientos así como pasto seco lo cual se convierte en una amenaza para las decenas de niños que juegan en la zona, los cables se colocan sin medidas de seguridad.
Otro de los puntos donde se encuentra esta problemática es la colonia Desarrollo Urbano, donde ya se han registrado varios incendios consumiendo viviendas.
No obstante de los antecedentes los diablitos siguen siendo una práctica común en las colonias de la periferia donde la falta de servicios básicos derivado de la irregularidad de los asentamientos obliga a los ciudadanos a vivir a expensas del pago de la energía.
A lo largo de la terracería, los cables de luz se extienden desde cada vivienda hasta un poste de luz cercano, del cual cada familia se abastece mediante “diablitos”. “No tenemos otra manera de agarrar luz, pero en las noches se escucha y se ve cómo salen chispas de los cables, lo único que podemos hacer es tener cuidado de no pisarlos”, dijo un vecino de la colonia.