Falacia son en Ahumada todo tipo de decretos y disposiciones oficiales para contrarrestar contagios de coronavirus, así queda demostrado por la actitud ciudadana, que asiste a espacios públicos sin cubrebocas, sin sana distancia y sin uso de gel antibacterial.
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En visita al mayor tianguis ayer domingo, se pudo comprobar que solo contados comerciantes utilizan cubrebocas, mientras la clientela no solo no acata ninguna disposición, sino que promueve el no uso de cubrebocas e incluso critican a los pocos que sí lo hacen.
Comentarios de incredulidad son la constante, donde adultos destacan que todo es mentira, pero se molestan cuando se les cuestiona entonces por qué tantos casos positivos y muertes. “Es parte del engaño”, y, agregan, “si fuera cierta, donde están los el gobierno para que vigilen, para que inviten a la gente a obedecer”.
Es verdad, ningún representante del servicio público se observa en espacios púbicos con concentraciones masivas, familias completas sin ninguna media de seguridad personal se observan caminando, comiendo, platicando.
Pese a todo, la cifra e visitantes es mucho menor en comparación a fines de semana, antes e que se implementara la contingencia sanitaria. Los vendedores, aseguran, es mejor tener poco que nada, esto en relación a sus ingresos por venta de “segundas”. “Quién nos va a mantener, son pocos los compradores, pero es mejor que nada, el gobierno, no ayuda al pueblo, es mejor arriesgarse que quedarse en casa”, aceptaron mujeres vendedoras de ropa y calado de segunda.
“La gente tampoco va a ir a la tienda a pagar 300 o más pesos por una camisa cuando aquí les cuesta sólo 30 pesos (10%) y están en buen estado, o unos zapatos de 40 pesos aquí, cuando en la tienda cuestan entre 5500 y 600 pesos”, aseguraron clientes.
“No ha habido apoyo alimentario del gobierno, entonces, menos nos van a regalar zapatos o vestimenta, tenemos que salir de casa, el gobierno, ni con cubrebocas ayuda, que no pidan a la gente obedecer cundo a ellos (autoridades) les vale la ciudadanía”, manifestó un padre que adquiría calzado para su hija.
“No tengo trabajo estable, entonces que no me pidan quedarme en casa, nadie va a levarle zapatos a mi hija, por eso la gene como yo no obedece”, agregó el mismo hombre, quien lego de varia solicitudes, aceptó proporcionar su nombre, Rafael Villezcas.
Otro caso más preocupante es el de gente con alto riesgo de contagio de Covid 10 es el de un hombre, quien vive enfermo desde hace años, a quien por causa de la diabetes y cáncer perdió la visión totalmente, David Martínez Rodríguez aseguró que como puede ayudándose con un andador se traslada los domingos a plaza Fátima, donde amigos lo apoyan con algo de comida, toda vez que para su familia (hermanas) él es una carga y no le ayudan con nada.
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