Cd. Cuauhtémoc, Chih.- A través del Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte, el Gobierno Municipal de Cuauhtémoc hizo la entrega de 40 kits de limpieza y sanitización al presidente del grupo multidisciplinario Gimnasios Unidos, Paul Íñiguez.
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A su vez, Íñiguez los distribuirá entre los dueños de los centros deportivos que forman parte de esta unión, entre ellos algunos especializados en crossfit, zumba y pesas, a fin de ayudar a los propietarios a procurar la higiene y la propagación del Covid.
El instituto encabezado por su titular Yanet Campos Nevárez, refirió el apoyo a los titulares de los gimnasios para ayudarlos a la limpieza de sus locales, por lo que personal a su cargo se dio a la tarea de hacer esta entrega, con la encomienda de mantenerlos limpios, como parte de las acciones preventivas contra la pandemia del COVID-19.
Campos Nevárez indicó que esta acción se realiza en concordancia con la intención del alcalde Romeo Morales , de mantener bajo el número de contagios y proteger a más familias mientras mejoran su salud con la realización de ejercicios de activación física.
Con esta dotación de los primeros 40 kits de limpieza compuestos por jabón, cloro, gel antibacterial, cubrebocas, escobas y trapeadores, el Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte comenzó la repartición de 100 kits disponibles y que hizo otorgó por gestión la regidora, presidenta de la comisión de deporte, Laura Elena Ceballos.
Esta unión de gimnasios está integrada por unos ochenta establecimientos, quienes enfrentaron una crisis verdaderamente difícil con el cierre obligatorio de la pandemia, teniendo como resultado pérdidas de millones de pesos.
Luego del cambio a semáforo naranja se les permitió abrir con el ingreso restringido de usuarios y respetando todas las medidas sanitarias, lo que les ha permitido recuperarse un poco económicamente, sin embargo el asenso es lento.
Muchos de ellos se vieron obligados a cerrar definitivamente, pues tenían que estar pagando una renta y no utilizaban el establecimiento. Así mismo, comenzaron a vender los aparatos de ejercicios para poder obtener un poco de ingreso económico.
Algunos instructores improvisaron y echaron mano de la tecnología para seguir impartiendo sus clases a través de aplicaciones de internet, a fin de mantenerse ellos activados físicamente y de dar respuesta a una demanda de sus clientes para continuar haciendo ejercicio.
La solidaridad con los dueños de gimnasios fue unánime, ya que en esos espacios se fomenta la salud y mientras permanecieron cerrados al 100%, los expendios de vinos y licores estaban abiertos al 100%.
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