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Se desploma la venta de carne y sus derivados en negocios de la localidad, ante el cierre de pequeñas fondas, restaurantes, puestos y la cancelación de festejos familiares relacionados con la Pascua.
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Pablo Durán Molina, presidente de la sección especializada del ramo dentro de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y turismo de Ciudad Juárez (Canaco), dijo que la crisis que arrastran las carnicerías se agudizó aún más al no registrarse la demanda que regularmente tienen de sus productos en esta temporada.
Indicó que a partir de que se decretó la emergencia sanitaria y el Gobierno del Estado convocó a los negocios a cerrar sus puertas, dejando que abrieran solo los considerados esenciales y en el caso de negocios en los que se preparan alimentos, solo vendieran en ventanilla o a domicilio, muchos de los micro y pequeños restaurantes que compraban carne, salchichas, y otros derivados en las carnicerías de barriada tuvieron que suspender sus actividades.
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Los que quedaron activos vieron bajar la demanda de sus alimentos debido a que la mayor parte de la venta se daba en la atención directa a sus clientes en mesa, añadió.
Esto provocó que de inmediato se notara una baja en los pedidos de carne procedente de restaurantes superior al 50 por ciento.
Indicó que en lo que se refiere a la compra directa de sus clientes, el Domingo de Pascua marca el inicio de las reuniones familiares y de amigos, así como de la preparación de carne asada, lo que prácticamente no se notó debido a que los parques estuvieron cerrados y las reuniones de familia se redujeron considerablemente ante el temor a la pandemia del coronavirus.
Durán Molina destacó que en promedio los juarenses consumen hasta 50 toneladas de carne por semana, entre la que se vende en los negocios y la importada en cortes, durante la primavera y el verano, pero esta cantidad se redujo considerablemente y no se sabe cuándo va a normalizarse.
El empresario añadió que en la ciudad existen alrededor de un centenar de carnicerías, sin contar las que trabajan de manera irregular que es imposible cuantificar, y algunas van a verse obligadas a cerrar de manera temporal o definitiva dependiendo de cómo les pegue la crisis actual.
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