Ciudad Juárez Chihuahua.- Con 7 y 4 meses de embarazo, las señoras Epifania Mendoza y Lucia Vázquez, de la comunidad Mixteca, se quedaron de un día para otro sin un lugar en donde vivir, luego de que la Dirección de Asentamientos Humanos los desalojaron de sus humildes viviendas de madera, en la colonia Juanita Luna.
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Envuelta en llanto, Epifanía relata que la tarde del jueves, cerca de 30 agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal y empleados de dicha dependencia, llegaron para sacarlos de sus casas con lujo de violencia a ellas y otras seis familias, que estaban asentadas junto al panteón Jardines del Recuerdo.
En total fueron 8 familias las desalojadas por orden del titular de Asentamientos, Arturo Ayala, siendo 7 de estas pertenecientes a su misma comunidad, las cuales ahora tendrán que dormir con amigos o familiares, al quedarse sin sus cuartitos.
Molesta, señala el lugar donde estaba lo que alguna vez fue su casa, al mismo tiempo que su hermana, revisaba el pedazo de terreno donde dormía en compañía de su esposo, en espera de su primogénito.
Epifania cuenta que ella tiene dos hijos más y que junto a su esposo, trabajan como artesanos, vendiendo pulseras, vasijas y collares en la zona centro y en algunos centros comerciales, para llevar algo de sustento a sus casas.
En un día bueno, logran sacar 500 pesos entre los dos, los cuales son usados para mandado y pagar el agua que consumen, además del gasto que realizan en transporte y la escuela de sus hijos.
A su vez, la señora Lucia se dijo molesta por el actuar del personal del municipio, ya que, a pesar de que hay más familias instaladas en la misma zona, por la calle Juan Balderas, solo a ellos les destruyeron sus casitas, dejándolos en la calle.
Es por eso, que, para la mañana del viernes, cerca de 30 vecinos de esta colonia acudieron hasta las oficinas de Asentamientos Humanos para exigirle a Arturo Ayala, que frene el desalojo de casi 800 familias instaladas a un costado de la termoeléctrica.
Recriminaron que, por instrucciones del Gobierno Federal, Ayala tenía que haberles regularizado sus terrenos, pero no fue así, por el contrario, comenzó con los desalojos, sin darles algún aviso y sin importarles las bajas temperaturas.
"Juan Carlos Loera (Delegado Estatal), se acercó con él y le dijo que nos arreglará, todos tenemos nuestro plano catastral y aun así hace lo que quiera", dijo molesta la señora María García.
Para variar, aseguraron que los agentes amenazaron con "levantar" a tres vecinos, porque intentaron impedir el desalojo, además de que quisieron detener a madres de familias y mujeres embarazadas.
Pasadas las 10:00 de la mañana, las familias ingresaron a la oficina de Ayala dónde el funcionario intentó explicar que fue lo que pasó, lo que causó una mayor molestia en las familias, al asegurar ya les habían avisado que no podían vivir ahí.
"¿A qué hora nos avisó, cuando nos avisaron, cuando ya tumbaron nuestras casas?, nomás la agarran contra nosotros porque somos indígenas, hay más familia ahí y ¿porque la agarro contra nosotros?", reclamó enfurecida la señora Lucia.
Según Ayala, ellos actuaron conforma a un estudio realizado por Protección Civil, dónde se especifica qué estos terrenos en la termoeléctrica son de alto riesgo, pero un documento de Conagua demuestra que no es así.
Ustedes están haciendo todo esto para quitarnos y darle los terrenos a José Luis Barrios, esto es político y nos quieren correr para meter a la gente de Barrios, ya anteriormente lo quisieron hacer y no nos dejamos, no se haga le gritó la señora García al titular de Asentamientos Humanos.
Este a su vez, dijo que sostendría una reunión con el Delegado Estatal para pedirles que Protección Civil Nacional haga un estudio y dictamen que determine si el predio está o no en zona de alto riesgo, en los vasos de captación.
La señora María recriminó que hicieran los desalojos cuando no era el Presidente Municipal, Armando Cabada, pero no duda que él allá dado la orden al ser ellos gente de MORENA, por lo que están molestos de que el Municipio tome estás acciones.
Cabe señalar que a finales del 2018 y principios del 2019, colonos liderados por Barrios, se asentaron en el cauce de un río que da con un dique, dónde les elevaron y emparejaron el terreno para que pudieran hacer sus casas, las cuales ya están dotadas con agua potable y electricidad.
Desafortunadamente, aunque Ayala les prometió entregarles sus maderas para el mediodía del viernes, el material nunca llegó, lo que representó un gasto para las pobres familias de casi 10 mil pesos por cada casita de madera.
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