Ciudad Juárez.- El cambio de semaforización de amarillo a naranja en la Región Juárez no obedeció a un rebrote de COVID-19, sino a un mayor nivel de contagios provocado por el relajamiento en las medidas preventivas del uso de cubrebocas y sana distancia, afirmó el gobernador Javier Corral.
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Acompañado del secretario de Salud de Chihuahua, Eduardo Fernández Herrera, el mandatario estatal dijo que aunque pareciera contradictorio, avanzar en el semáforo implica una mayor responsabilidad de conciencia social.
“Es que en la medida en que se reabren más las actividades económicas, es cuando más cuidado, dedicación y disciplina debemos tener en el uso del cubrebocas y en las medidas de sana distancia”, explicó.
Lo anterior –agregó- porque la velocidad la diseminación del virus se incrementa y los contagios ocurren más rápidamente.
Señaló que esa misma circunstancia ocurre actualmente en la vecina ciudad El Paso, Texas, en Estados Unidos, ya que es una de las ciudades con mayor número de contagios, proporcional a su población.
Javier Corral dijo que esto también sucedió en países europeos, como en España, donde parecía que habían superado la etapa más dramática de la pandemia, pero regresaron a niveles incluso superiores a los que tuvieron en la primera etapa.
Advirtió que si el comportamiento de las personas en la ciudad de Chihuahua y el resto del estado es igual al visto en Ciudad Juárez, en 2 semanas la entidad podría regresar también al semáforo naranja.
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Al avanzar del naranja al amarillo, la sociedad siente que se puede relajar un poco más las medidas preventivas, como reducir el uso de cubrebocas, dejar de lavarse las manos frecuentemente y olvidarse de la sana distancia, pero “no es así”, alertaron.
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