La época dorada trajo a Ciudad Juárez su mayor auge turístico y este edificio ubicado en la esquina de la Ignacio Mejía albergó a personas de renombre identificadas a nivel nacional e internacional.
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Los cabarets y centros nocturnos de esa época poseían el escenario de múltiples historias, y La Fiesta fue uno de los centros nocturnos más importantes en todo el norte de México y todo el sur de Estados Unidos.
José Luis Hernández, historiador de la ciudad, platicó que todo inició con la llegada de dos hermanos provenientes del estado de Oaxaca, llamados Mariano y Efrén Valles.
“Ellos se fueron de braceros a los Estados Unido, se les acaba el contrato y se regresan a México, porque no tenían la documentación para volver a ingresar, entonces rentan un pequeño salón y comienzan a vender licor por una pequeña ventana, comienzan a comprar mesas y sillas y debido a lo bien que les fue, deciden comprar el terreno de La Fiesta”, explicó.
Fue en 1950 cuando deciden comprar este terreno y convertirlo en un cabaret de espacio amplio y con un acabado arquitectónico.
En 1954 terminó su construcción, convirtiéndose de inmediato en un parador obligado para toda clase de celebridades tanto del mundo artístico como política.
Durante esa época dorada, el cabaret llegó a contar con la presencia de artistas como María Félix, Pedro Armendáriz, los Churumbeles de España, los Violines de Villafontana y de talla internacional Earl Grant.
“Los artistas de mayor renombre aquí se presentaron, con decir que la entrada costaba cien dólares, y marcaban de Europa, Estados Unidos para preguntar qué artistas se iban a presentar”, mencionó.
Mayormente el lugar se llenaba de gente rica y con poder, ya que había una riqueza arquitectónica y el lugar eran muy lujoso, acostumbraban a ir para pasar un momento agradable y al mismo tiempo olvidarse de las guerras que había en ese entonces.
Durante ese tiempo Ciudad Juárez vivía sus mejores noches, pues en ese momento se contaba con un registro de aproximadamente 100 mil asistentes diarios.
“Ellos se adelantaron a la vida nocturna, todavía no existían Las Vegas, cuando aquí ya estaba La Fiesta”, señaló.
Fue para 1976 que este lugar decidió cerrar, sin que la gente pudiera enterarse del porqué, “para la fama que tuvo y que le dio a Juárez, tuvo una vida muy corta”.
Después de su clausura fue ocupado por una mueblería y por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, quienes causaron desperfectos al lugar, dejándolo en deplorables condiciones, pues sólo quedaba escombro y piezas maltratadas de lo que había sido uno de los cabarets más reconocidos a nivel mundial.
Debido a que se había convertido en un lugar abandonado y en pésimas condiciones, se comenzó a buscar su demolición, sin embargo, el grupo llamado El Juárez de Ayer no tardó en recolectar firmas entre la ciudadanía para evitar la destrucción de aquel lugar que había dejado tanta historia.
Con éxito, lograron conservar este lugar, gracias a que un señor conocido como Francisco Yepo lo compró con la finalidad de rescatarlo.
Ahora, después de dos años de trabajar en la reconstrucción de este edificio estilo ecléctico con una fachada estilo nacionalista y ventanas ornamentadas, volverá a abrir sus puertas el próximo 10 de mayo, informó Gerardo Martínez, integrante del equipo de reconstrucción.
Manteniendo esta estructura original, se encargaron de rescatar cada pieza que había formado parte de aquella época, haciendo los procedimientos necesarios para poder dejarlo idéntico a lo que había sido La Fiesta.
“Lo más difícil de reconstruir fueron las piezas de yeso, molduras y el piso, ya que estaba muy dañado y el dueño quería que se conservaran las mismas piezas”, indicó.
El lugar será por esta vez un restaurante y estará abierto al público en general para que pueda apreciar estas piezas originales como el calendario azteca y obras importantes de aquel cabaret.
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