Meterse a bañar en las compuertas del río Bravo representa un peligro para todo los fronterizos, ya que el caudal fluye de manera inestable y fuerte.
Efrén Matamoros Barraza, director de Protección Civil Municipal, dio a conocer el alto riesgo que representa el acudir a las compuertas, sobre todo para los infantes, siendo estos los que mayormente se meten.
La pandemia no es el único riesgo al que se enfrentan las decenas de habitantes que recurren a este río de manera frecuente, sino también a la desgracia humana por la que podrían pasar algunos de ellos al ser arrastrados por las corrientes y remolinos de esta agua.
De los 800 millones de metros cúbicos que corren desde la presa El Caballo y El Elefante, a México le corresponden el 74 por ciento.
Sin embargo, durante esta temporada es cuando el río lleva más agua, debido a las fuertes lluvias que se registran al interior del vecino país.
Matamoros indicó que es importante cuidar de los menores de edad y no permitirles entrar a ese espacio que resulta riesgoso.
Señaló que debido al intenso calor que se registra, aunado a que las albercas se encuentran cerradas, varias familias tratan de buscar espacios al aire libre, especialmente si hay agua, sin embargo, el río no es una opción.
Explicó que es necesario que la ciudadanía tome conciencia del riesgo que representa este espacio el cual tiene desniveles y túneles, además la velocidad del agua es fuerte, sobre todo en la parte media, donde se forman corrientes y remolinos.
El director de Protección Civil indicó que además del riesgo por la posibilidad de ahogarse, el río Bravo también representa un peligro en cuanto a enfermedades que pudieran adquirir los bañistas, ya que se desconoce la calidad del agua.
En el lugar se encontraban elementos de la Guardia Nacional, sin embargo, no limitaban a las familias a acercarse al río.
ACUDEN A PESCAR
Algunas de estas personas no solo han acudido con la finalidad de refrescarse y de pasar un momento agradable en familia, sino también con la intención de pescar.
Tal fue el caso de María del Sol, quien acudió con toda su familia a tratar de sacar unos peces para poder comerlos allí mismo, al lugar llegaron desde temprano, cargaron un disco por si se les hacía la comida.
Ellos no lograron sacar más que un pez pequeño, en cambio Armando y Alexander, quienes son padre e hijo, sí lograron llevarse cinco carpas medianas.
“Teníamos la tentación de hacer un caldito de pescado o así en salsa roja, pues son poquillos, nada más para quitarnos la tentación”, expresó.
Anteriormente ya han acudido a este lugar a la altura del Monumento al Cigarro. Con anzuelos y caña comienzan a sacar unos cuantos para poder llevarlos a la familia, quien habita en la colonia Felipe Ángeles.
DEJAN BASURA
Botellas de alcohol, pañales de bebé, comida en mal estado, empaques de frituras y bolsas de plástico es como ahora se encuentra cubierta una parte del bordo del río Bravo.
Durante un recorrido que dio El Heraldo de Juárez por lo largo de esta zona, a la altura de la Casa de Adobe, se pudo apreciar cómo algunas personas que han asistido a lo largo de la temporada, han dejado todo tipo de residuos a la orilla del río.
La comida podrida, las bolsas de basura y botellas de plástico, fueron los residuos que más se lograron apreciar, ya que de estos había en grandes cantidades.
La basura ha generado una imagen sucia de este lugar, puesto que hay residuos que aparentan ya cierto grado de descomposición, ocasionando un mal olor.
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