Ciudad Juárez, Chihuahua.- Un enorme bache se yergue amenazante ante los automivilistas que circulan por la avenida Ponciano Arriaga a la altura del Arroyo del Jarudo.
Una trampa que no perdona llantas de ninguna marca ni suspensiones de cualquier tipo de automóvil o camión, permanece paciente a que caiga en sus fauces algún incauto que por maniobras del trafico mismo no pueda evitar “sacarle la vuelta” y caer hasta el fondo del gran agujero que se camuflajea con el agua de desperdicio que brota de una maquiladora contigua.