Ciudad Juárez, Chihuahua.- Migrantes de Guatemala que se encuentran en el bordo del Río Bravo del lado americano, sienten nostalgia y tristeza porque no podrán pasar la navidad con sus seres queridos que dejaron en su país natal.
Diez de los extranjeros entre ellos cuatro menores de edad, decidieron no pasar una noche más en la intemperie por lo que decidieron refugiarse en la Casa del Migrante luego de permanecer diez días en el bordo de la división entre Estados Unidos y México a la altura del puente internacional Zaragoza-Ysleta.
Pedro uno de los migrantes comentó que le viene a la mente muchos recuerdos de navidad que ha pasado con su familia en Guatemala entre ellos su esposa y ocho hijos que dejó en su país, excepción de su hijo menor de 15 años que lo acompaña en esta travesía.
Mencionó que un día antes de navidad se reúne toda la familia, entre hermanos, tíos, sobrinos, papás y amistades cercanas para preparar los alimentos que comúnmente hacen tamales, guisado y de beber atole o los clásicos ponches.
“La verdad es que si extrañamos a la familia, más en estas fechas de navidad donde nos juntamos toda la familia, por eso decidí junto con mu hijo ir a la Casa del Migrante para no pasar la navidad solos en el bordo del río”, dijo Pedro mientras guardaba sus pocas pertenencias que traía consigo.
Mientras la pequeña Adriana de tan solo 7 años de edad cargaba su muñeca Barbie sin ropa ni brazos con el cual era su único pasatiempo mientras permaneció a la orilla del Río Bravo soportando las inclemencias del clima.
Con toda la inocencia de una niña, preguntaba al reportero de El Mexicano que si había juguetes y niños con quien jugar en el lugar donde iba a dormir –Casa del Migrante- porque en el río nada más jugaba con su migra Michel de 5 años de edad.
Con el rostro siempre sonriendo, la menor hacía preguntas del lugar donde iba a dormir por primera vez bajo un techo desde que llegó a esta ciudad fronteriza.
Las menores de edad Adriana y Michel eran cargadas en los hombros por sus papás para cruzar el Río Bravo de Estados Unidos a México, mientras otros 15 migrantes guardaban del lado americano con la intención de continuar en el lugar hasta que sean recibidos por la autoridad norteamericana.
El migrante Pedro externó que las personas guatemaltecos que se encontraban a orillas del río se alimentaban de pan, galletas, agua y café.
Finalmente, los seis adultos y cuatro menores de edad fueron trasladados a la Casa del Migrante donde le ofrecieron albergue, a pesar del sobrecupo que existe actualmente.