En el marco del Día del Enfermero en el país, Óscar López Rodríguez, oriundo de San Francisco del Oro conmemora una de las profesiones de mayor riesgo en la actualidad debido a la contingencia sanitaria que se presenta en el mundo y reconoce que su deber moral ante la sociedad es más grande que el deber laboral.
Su interés por la profesión nació en su etapa de estudiante, cuando tuvo su primer contacto con un hospital y justo en ese momento se dio cuenta que a pesar de que se trabaja en conjunto con muchas otras profesiones, la base de esa pirámide es la enfermería. “Me agradaba mucho realizar los cuidados que requería cada persona y ver como quedaban satisfechos y algunos hasta contentos, eso causa una complacencia muy grande”, señaló Óscar.
Nunca imaginó realmente lo que conllevaba el ejercer, e inclusive consideró al igual que algunas otras personas fuera del ámbito de la salud, que la enfermería es solo "checar la presión" y "poner inyecciones", pero al ver todo lo que conlleva, las áreas que abarca y las actividades que se realizan, su manera de pensar sobre esa profesión cambió y aprendió que debía valorar más la actividad.
Considera que el reto de la pandemia que llegó a inicios del 2020 dio un giro muy drástico, ya que comenzaron a enfrentarse a algo totalmente desconocido y sumamente peligroso, donde el temor más grande es y sigue siendo el miedo al contagio, y por consecuencia, contagiar a la familia.
“Lo tomamos con mucho miedo, pero también con mucha decisión y firmeza, nuestro deber moral ante la sociedad es más grande que el deber laborar, sabíamos que si no lo hacíamos nosotros como enfermeros sería muy difícil que alguien más lo hiciera”, enfatizó López con una voz de seguridad al saber lo que enfrenta en el nosocomio.
La pandemia para el sigue siendo un reto muy difícil porque se considera todavía algo desconocido en su totalidad, y a diario perciben casos de personas hospitalizadas que tenían diferentes síntomas y diferentes reacciones.
“Las jornadas de trabajo se hacían largas con todo el equipo encima, empezó a escasear el personal a base de los contagios y los altos riesgos, los insumos de los hospitales se terminaban, se sentía una impotencia enorme al no saber contra quién luchábamos, no saber cómo detenerlo, ver que cada día eran más las personas que llegaban infectadas y ver que muchas de esas personas no lograban vencer el virus”, indicó.
Con alegría, recuerda que cuando alguna persona se iba "de alta", como comúnmente se le llama, era un logro muy grande y muy mencionado en todo el hospital, pues eso los forjaba más como profesionista y los hacía sentirse mejor.
Al solicitarle algunos casos que le han quedado marcados en su ejercicio, con tristeza dio a conocer el de un adulto de aproximadamente 60 años que tuvo una estancia prolongada, con un tratamiento fuerte y pesado, con ventilación mecánica (tubo endotraqueal), mismo que logró vencer el virus pero con secuelas fuertes en los pulmones y fue dado de alta.
“Al segundo día de estar en su casa, regresó por daño en los pulmones, se atendió de nueva cuenta por algunos días y se repuso un poco, le preste mi teléfono para que hablara con su familia por videollamada, el señor se veía muy bien, lo extraño fue que la llamada la hizo para despedirse ya que justo al siguiente día lo mandaban a su casa de nuevo, mi compañero de turno y yo lo bañamos lo rasuramos y lo peinamos, (con artículos que ellos mismos adquirían), le cepillamos sus dientes y lo dejamos listo, pase al siguiente turno y de manera inesperada cayó en un paro y a pesar de todas las maniobras y cuidados no pudieron sacarlo del evento, lamentablemente falleció”, sentenció López.
Felicitó a todos los profesionistas que desempeñan estas labores, que sin duda alguna se ha demostrado que lo hacen más que nada por valor moral y social que por cualquier otra cosa. “No somos héroes, simplemente estamos cumpliendo la misión que tenemos en este mundo, y de igual manera valorar cada labor, cada cuidado y sobre todo cada minuto que todos los enfermeros entregamos a cada uno de nuestras personas de cuidado”, finalizó.
Es de mencionar que el 06 de enero se celebra en México el Día de la Enfermera, en virtud de que el médico José Castro Villagrana, director del Hospital Juárez de México, lo instituyó en 1931 y quien calificó la presencia de los enfermeros como un “regalo de reyes” para los pacientes.