“Sí, ha habido testimonios, en ese caso, de mujeres migrantes que han sido abusadas, violentadas y extorsionadas; van con sus hijos, van solas y han sufrido mucho aquí”, mencionó el obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos.
"Lo importante es que, por una parte, las veamos con amor, con cariño, con respeto y les ayudemos integralmente", puntualizó la máxima autoridad eclesiástica.
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Es importante señalar que para lograr dicho objetivo es necesario que se estructure con bases solidas una red de varias instituciones que brinden ese apoyo que las haga sentir como en casa, seguras y sobre todo respetadas al llegar a esta ciudad fronteriza.
La red de apoyo que menciona el obispo debe estar constantemente "en atenciones psicológicas, salud, medicamento, ayudarle a tramitar sus peticiones legales de trámites", comentó.
Es claro el mensaje que envía a la comunidad en general y sobre todo a las autoridades, ya que es de quien más se menciona en las denuncias o quejas que llegan al comedor de Catedral, la Casa del Migrante y otros espacios de ayuda que tiene la Iglesia Católica.
"A las autoridades, protegerlas. Yo diría que proteger y defender la dignidad de los migrantes; en ese caso, las mujeres, que son las más débiles sin defensas. Están desprotegidas".
Lo antes mencionado es como respuesta al trabajo que han hecho organizaciones, que han mostrado todas las situaciones de violencia que han sufrido las mujeres en situación de movilidad para llegar desde sus lugares de origen hasta Ciudad Juárez.
Lucero Nieto, coordinadora general en Ciudad Juárez de Plan Internacional México, resaltó que en la organización ven con preocupación que el trato no es el óptimo y cómo están padeciendo por no tener un lugar estable, tras trabajar directamente con estas mujeres.
