A unos días de que concluya el Censo de Población y Vivienda 2020, todo indica que no se han conseguido objetivos del mismo, debido a la falta de participación, reconocieron encuestadores consultados en diversas zonas mientras realizaban su labor.
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Toda la información recabada es extraoficial, toda vez que de acuerdo a la coordinación local, durante los 25 días programados para la realización de encuestas no tenían permitido filtrar información a medíos de comunicación.
El mayor obstáculo para cumplir al 100 por ciento en la zona urbana, de acuerdo a encuestadores, ha sido la apatía de la gente, que a pesar de estar en casa no atienden el llamado a la puerta o cuando salen preguntan qué van a dar, como si se tratara de acciones de carácter social.
El segundo que no pudieron sortear fue la no localización de los habitantes, lo cual los obligó a regresar en varias ocasiones, hasta que fueron hallados, aun así algunos fueron renuentes para contestar todas las preguntas.
En la zona rural, a pesar de las grandes distancias que recorrieron todos los días, la situación fue mejor, excepto en asentamientos menonitas, donde el obstáculo fue el idioma, por lo cual han tenido que valerse de de intérpretes de la misma comunidad; a pesar de esto se censó a la gran mayoría.
Los entrevistadores que lo hicieron en la zona rural en algunos casos debieron viajar hasta 200 kilómetros diarios (ida y vuelta), como los que visitaron Colonia La Esperanza, El Ágate, Aparejos y Las Cuatas.
Otro escollo menor fue el clima al inicio del censo, a principios de marzo, cuando lluvia y frío fueron intensos, pese a todo, quienes hablaron reconocieron sentirse satisfechos de su labor.
En otras comunidades rurales (ejidos) donde habitan solamente nacidos en México, la respuesta de las familias fue mejor, pero fue difícil localizarlas toda vez que muchos trabajan en ranchos y que se quedan a dormir ahí.
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