La ley que frena el uso de plásticos no biodegradables en negocios ya existía desde hace años en el ámbito federal, pero nunca se aplicó en su totalidad, ya que obligaba a los fabricantes de productos elaborados con este material a la implementación de programas de recuperación y reciclado con los que la mayoría nunca cumplieron, dijo Gibrán Solís Kanahan, coordinador de la sección de Reciclables, de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación.
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El empresario, que encabeza una compañía que se encarga de la recolección de materiales plásticos para ser transformados y reutilizados, dijo que el problema no se ataca de raíz. “Lo importante es dirigir el camino hacia el reciclado de materiales, no a la prohibición”.
Indicó que actualmente el cien por ciento de la industria manufacturera utiliza la bolsa, con diferente densidad de plástico, para proteger las piezas que se envía a todo el mundo, para que no se raspen o se rayen, las que se protegen en otro recipiente y luego en otra más grande para finalmente colocarlas en una caja.
Destacó que no se ha podido explicar que, al cortar el uso de bolsas y popotes, no se acerca a la fuente de generación. En este momento los recicladores sufren dos impactos fuertes, apuntó. El primero de ellos es el acumulamiento de material, porque antes se tenía la red de distribución y reciclado y el otro la baja en el precio de lo que se puede comercializar.
El proceso inicia con la recolección, luego se separa y limpia el material para enviarlo a las empresas recicladoras, donde se agregan nuevas resinas y mezclas para fabricar con el material otras nuevas.
Sin embargo, comentó, muchas de estas fábricas ya cerraron y al no existir el destino, el plástico se acumula y la oferta y demanda provoca la caída de su valor.
“En este momento, para nosotros es más costoso llevarlo a un punto de venta que disponerlo como basura”, recalcó.
La industria sufre el mismo impacto porque ya no se puede comprar desde el año pasado. Ahora se ha migrado al cobro por la recolección de los productos que pudieran seguir siendo reciclables, declaró.
En su opinión dijo que faltó socializar esta tendencia normativa, abrir foros con las empresas que se dedican a esta actividad, con expertos e investigadores en el cuidado del medioambiente.
Destacó que, en Ciudad Juárez diariamente se generan más de mil 600 toneladas de basura domiciliaria, pero la industria produce mil 500, incluido el material plástico, que es mayoría.
Insistió en que se atacan el uso de bolsas de plástico y popotes, principalmente, así como algunos desechables, pero no ocurre lo mismo con todos los alimentos y productos que podemos encontrar en los anaqueles de las tiendas y que luego son llevados a los hogares.
Hizo hincapié en que no se ha hecho cumplir lo establecido en la ley federal del ramo, en la que quienes producen materiales plásticos, tienen que aplicar también acciones de reciclado.
En México se puede decir que en base a las estadísticas hay más muertes ocasionadas por choques automotrices que por contaminación ambiental, sin embargo, no por eso se va a prohibir la venta de autos.
En este desconcierto, una parte de la industria ha intentado regresar a la bolsa de papel y cartón, pero la contaminación por la huella de agua que se imprime en estos productos contamina más que la de reciclaje de plástico.
En relación a los plásticos biodegradables, destacó que es bastante cuestionable, porque al elaborarlo se utiliza una resina con un aditivo que agiliza el tiempo de biodegradación, pero eso le resta la posibilidad de ser reciclado.
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