Al límite de la ansiedad y depresión, el no encontrar una salida de apoyo puede provocar el suicidio de mujeres que sufren algún tipo de violencia por razón de género.
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Lidia Cordero Cabrera, directora de la fundación Casa Amiga, dio a conocer que cada vez son más las mujeres que llegan con algún pensamiento suicida a pedir ayuda.
El suicidio feminicida es una modalidad de violencia que abarca abusos físicos, sexuales o psicológicos que orillan a las mujeres a terminar con sus vidas.
Lo que quiere decir, que antes de optar por el suicidio, la mujer que sufrió violencia de género, ya atravesó por un camino tortuoso de insultos, menosprecio, chantaje, golpes, tocamientos y violaciones que generaron baja autoestima, ansiedad, miedo y depresión que las llevó a pensar en salir por la puerta fácil, el suicidio.
Cordero indicó que uno de los principales factores de riesgo que lleva a una mujer a querer suicidarse es no tener redes de apoyo, familiares, amigas o amigos que las ayuden a salir adelante, así como también el acceso a la justicia, “donde ellas ven que ya no hay una solución para separarlas del agresor”.
Comentó que la mayoría de ellas pierden toda la capacidad racional de poder ver un futuro, por ello la toma de estas decisiones.
Asimismo explicó que, actualmente se incrementó el índice de mujeres que deciden ejecutar esta acción acompañadas de sus hijos, puesto que la preocupación por no dejarlos en manos de su agresor, es más fuerte.
“Vemos que en las mujeres siempre hay una latente de que cuando tienen hijos o hijas, la preocupación tiende a ser mayor, entonces, al momento de querer suicidarse, quieren llevarse a sus hijos con ellas, no con intención de asesinarlos, sino de protegerlos de lo que ellas estaban huyendo”, agregó.
En los últimos años fue cuando más les tocó atender casos de este tipo, donde la mujer llegaba con la intención de terminar con esa agonía, queriendo poner un alto a la situación que estaba pasando
Aunque no sea un tema muy hablado aún en la sociedad, es algo que cada vez afecta más a las mujeres, puesto que una gran mayoría de quienes han sufrido un tipo de violencia han pensado por lo menos una vez en el suicidio.
Dijo que aunque no se pueda comprobar la relación directa entre un suicidio y la violencia de género que sufren las mujeres, cada vez es más común los suicidios en mujeres.
Asimismo, señaló que Ciudad Juárez podría no estar preparada para atender estos casos, debido a que los profesionistas, sobre todo psicólogos, no llevan una formación académica que relacione la perspectiva de género con la salud mental.
“Se podría creer que la solución está en los puros fármacos o con el tener solo un tratamiento médico, cuando las condiciones que la han tenido por mucho tiempo, están en la dinámica social”.
Por último, dijo que aún falta por investigar e indagar para poder atacar las causas que generen esta violencia, en lugar de solo atacar los síntomas.
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