En el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer Emprendedora, Sara Mérida Severiano, miembro de la comunidad Chinanteca, de raíces oaxaqueñas, relata cómo ha optado por cursar una licenciatura y seguir con el negocio familiar.
La joven mujer nacida en esta ciudad se ha inspirado en la experiencia de vida de su padre, para decidir cursar una carrera y buscar mejores oportunidades laborales y, sobre todo, no pasar las carencias que sus padres y abuelos tuvieron.
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Mérida Severiano labora actualmente en la Secretaría de Pueblos y Comunidades Indígenas, al tiempo que lleva sus estudios, y esto le ha permitido incluso conocer más miembros de su comunidad como de otros pueblos originarios y apoyarlos en sus necesidades.
“Mis papás son originarios de Oaxaca. Ellos migraron hace 18 años para acá a trabajar y buscar oportunidades. Aquí mi papá acabó la universidad y mi mamá decidió trabajar en maquila”, inició su relato.
La joven y su hermano nacieron en esta ciudad y están buscando tener sus estudios terminados y seguir con sus negocios de comida típica de Oaxaca; esto le ha permitido ser ejemplo de superación en sus comunidades.
“Estoy estudiando Derecho, y en mi último semestre he tenido la oportunidad de conocer otras comunidades. Yo vivía en una burbuja, en el sentido de que conocí a más personas con mucha necesidad; todas ellas de distintas comunidades en Anapra y otras, como los Zapotecas, que siguen viviendo en condiciones precarias en la ciudad”, agregó.
"He tratado de crear... o más que nada, en la manera que se pueda acercarles, los apoyos de gobierno; y en caso de que no sean beneficiados, pues personalmente los ayudo; se trata de estar presente con ellos".
Mérida Severiano ideó un proyecto, junto con su jefe, para poder apoyar a las familias de comunidades indígenas con útiles escolares para que sea menor la carga en cuestión económica.
Ante la respuesta del proyecto entre la comunidad y organizaciones, se siente muy complacida de poder seguir aportando a mejores condiciones de vida de todos los que llegan a esta frontera para tener mejores oportunidades laborales y educativas.
La venta de tacos, puesto en el que apoya a su madres y hermano, les ha permitido solventar los gastos diarios. El empleo del padre es un pilar del sustento, y esto logra que se tenga un ahorro por imprevistos que se presentan.
“Aprendí mucho de él, es mi ejemplo - su padre -. Una historia que me platica es que no tenían ni para comer; mi abuela ponía a tostar una tortilla, hasta que quedaba completamente quemada, la sumergían en agua, y ¡ese era su café! Esta historia me hace reflexionar”, señaló.
Antes de concluir con la entrevista, la joven mujer Chinanteca invita a todos los niños y jóvenes de las comunidades indígenas a que siempre se fijen una meta y la consigan a base de estudios y esfuerzo, para que se disfruten los logros.