Restaurantes de la localidad operan bajo los mismos protocolos y lineamientos sanitarios, sin embargo entre ellos podría haber una diferencia de medidas por el tipo de negocio.
Martín García, presidente local de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), informó que el protocolo que debe seguir cada restaurante para su reapertura es el mismo, sin embargo, las medidas han variado dependiendo de si es un restaurante pequeño o grande.
El protocolo a seguir consiste en la colocación de un tapete sanitizante, gel antibacterial, cubrebocas, la toma de temperatura, sana distancia y la separación de mesas, lo cual representa lo más básico.
Sin embargo, comentó que ha habido grandes restaurantes que han preferido añadir otras medidas, como túneles de sanitización, lavabos, kits de seguridad, entre otros, esto con la finalidad de dar una mayor confianza a sus comensales.
“En el caso de alguien que maneja la barra de ensaladas, pues tiene que poner a un empleado del negocio para que solamente él la maneje, esto para evitar la manipulación de los utensilios'', expresó.
El restaurante El Comal del Hotel María Bonita es uno de ellos, ya que al inicio, cuando comenzó la reapertura de los negocios, se adecuaron con medidas adicionales, aquellas que en ningún momento permitían que los comensales se sintieran inseguros.
Al entrar colocaron tres lavabos, tapetes sanitizante, toma de temperatura, gel antibacterial y mesas inhabilitadas, como medidas adicionales destinaron cierto personal a la barra de comidas para ser ellos los encargados de servir el alimento, así como también entregaron kits de servicios, los cuales incluían taza, vaso y plato.
Sin embargo, en un pequeño local de mariscos, conocido como El Encanto Jarocho, se contaba con las medidas básicas como la toma de temperatura, el cubrebocas, gel antibacterial, lavabo, sana distancia y solo se trabaja con el 50 por ciento de su capacidad.
Nancy López , trabajadora del lugar, comentó que aún había quienes se molestaban ante la solicitud de estas medidas, sin embargo comentó, que nunca han permitido que se pasen por alto ya que esto se hace con el fin de cuidar la salud de los comensales y trabajadores.
El presidente de Canirac comentó que hay restaurantes que aún se han esperado a abrir, ya que les sale más caro operar con el 50 por ciento de aforo que seguir permaneciendo cerrados.
“Hay personas que ya tienen todo para operar, sin embargo prefieren esperarse a que el semáforo este en amarillo para poder trabajar con un 75 por ciento de aforo”, señaló.
Por último, agregó que alrededor de 60 restaurantes afiliados a la Canirac no volvieron abrir sus puertas una vez y se comenzó con la reapertura.
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