Ciudad Juárez, Chihuahua.- Los migrantes centroamericanos apostados en el puente Paso del Norte probaron un sabroso caldo de pollo.
Casi nadie se negó a comerlo, porque estaba calientito y les cambió el panorama de lo que habían comido anteriormente, donde habían predominado los burritos y lonches.
Recibieron el platillo de gallina con agrado, sin embargo la preocupación fue casi la misma para todos.
“¿Tiene chile?”, preguntaban a los aspirantes a cruzar a Estado Unidos, cuando los voluntarios de la Cruz Roja Mexicana les ofrecían el caldo.
Sentados bajo la sombra del puente, en el pasillo, los migrantes empezaron a saborearse cuando vieron venir la olla metálica, colocada sobre un carrito con llantas, empujado por los uniformados de azul y blanco, con la cruz roja estampada.