Ciudad Juárez, Chihuahua.- Los migrantes albergados en el gimnasio del Colegio de Bachilleres en Juárez, comenzaron a ser llamados por autoridades norteamericanas, para ser entrevistados en relación a sus solicitudes de asilo político.
Desde que se habilitó como refugio dicha instalación estatal, no se había llamado a nadie, ya que solamente se canalizaba a los establecidos en la Casa del Migrante, que fue donde comenzó la numeración, de acuerdo a la lista, ya que ahí llegaron los primeros migrantes desalojados de los puentes internacionales.
Personal de la Sub Secretaría de Desarrollo Social estatal dijo ayer que el sábado pasado, se llamó a las primeras 40 personas del gimnasio y este domingo a otras 15 personas.
En total, hasta ayer por la tarde había registrados alrededor de 480 migrantes en el gimnasio, mientras otras 47 esperaban que les dieran oportunidad de ingresar, porque estaba saturado.
Los solicitantes aguardaban en el lobby del inmueble, así como en el exterior del edificio.
Personal de Protección Civil acudió al lugar para informarles que esperaban la llegada a la ciudad, de al menos un camión más, con más migrantes.
Estaban por habilitar otro albergue en las instalaciones de una organización religiosa, ya que en el gimnasio no había espacio para más gente.
En un recorrido por el edificio del Cobach, se observó que a los que fueron llamados este domingo, se les avisó mediante un cartel colocado en la plataforma más alta, junto a la explanada. Les indicaron que pasarían los folios del 5786 al 5801.
Un grupo de unos ocho niños caminaban por entre los pasillos, en busca de tapabocas, como medida de higiene, ante los olores generados en el lugar.
Por otra parte, la población en su mayoría de origen cubano, se organizó para hacerse cargo de la cocina, según explicó personal del lugar.
“Cuando mexicanos preparan la comida o que ya se las traen hecha, como que no la aceptan muy bien, pero ya si saben que la elaboraron los cubanos se la comen más fácil, porque la preparan a su gusto”, dijo el coordinador de turno del albergue, quien prefirió no se diera a conocer su nombre.