Para Yolanda Gama, sobrevivir en esta cuarentena es un reto: hace casi un mes que quedó sin trabajo, y aún no encuentra la manera de generar un ingreso que le dé para pagar las medicinas y terapias que su hijo con discapacidad necesita.
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Antes de que llegara este contingencia sanitaria a la frontera, Yolanda se dedicaba a dar clases de zumba en el centro comunitario Fovissste Chamizal, así como en el Parque de la Familia.
Sin embargo, debido al aislamiento social que solicitaron las autoridades sanitarias, esto ya no fue posible, por lo que tuvo que suspender las clases de manera temporal, al menos hasta que esta pandemia se controlara más.
“Está afectando mucho, tengo a mi esposo pero lo que sacaba de las clases nos ayudaba a pagar las medicinas y las terapias de nuestro hijo”, señaló.
Yolanda, decidió dedicarse a eso hace ya cinco años, para ella es imposible tener un trabajo de tiempo completo, puesto que, los cuidadosos que requiere su hijo tienen que ser especiales.
“No tengo quien me lo cuide, él necesita mucho de mis cuidados y en este trabajo yo podía tener una clase en la mañana y otra en la tarde y podía traerlo conmigo y de ahí llevarlo a terapias”, explicó.
Este trabajo le permitía a ella estar cerca de su familia, atender a su hijo y al mismo tiempo llevar un ingreso extra a su casa, el cual era de mucha utilidad, además que también daba la oportunidad de ayudar a cerca de 30 mujeres a ejercitarse y llevar una vida más saludable.
“A veces recibo llamada de mis alumnas, donde me dicen que ya quieren que regrese, que necesitan hacer ejercicio, porque pues estaban acostumbradas a un estilo de vida”, dijo.
Platicó que por el momento ha tenido que recurrir a vender artículos por catálogo, ya lo hacía desde antes, aunque esta vez ha tenido que insistir con mayor fuerza, incluso hasta el punto de hacer uso de las redes sociales para llegar a más gente.
Aunque dijo que, debido a la contingencia esto no ha sido tan fácil, ya que la gente prefiere no gastar el dinero y mejor guardarlo para algo que se pudiera llegar a necesitar más adelante.
“Me bajaron las ventas en un 70 por ciento, las clientas que a mí me compraban quedaron desempleadas, sí está muy difícil la situación, gracias a Dios ahorita tenemos comida, pero traemos el dinero muy estirado”, puntualizó.
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