La falta de oportunidades que hay en Belice, llevó a Nerian Grijalva a montar el tren de la muerte, La Bestia, donde agradeció no haber perdido la vida, solo una pierna.
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“No duele, lo único que se siente es una braza caliente y el pantalón que se mete a la herida”, contó.
A 10 años de haber perdido su pierna izquierda, Nerian lo recuerda como si hubiera sido ayer, el día en que un hombre lo empujó.
Ser el hijo mayor de una madre soltera lo obligó a salir de un país que no le brindaba oportunidades, “éramos muy pobres, una madre soltera aquí en México le hace, allá no”, recalcó.
Nerian trabajó durante 36 años en el ejército, pero las muertes que su trabajo le hacía cargar no lo dejó seguir en ejerciendo su labor, pues su espalda cada vez pesaba más.
“La regencia de muertos que uno adquiere a través de las ordenes es drástica y en el ejército no se habla dos veces”, aseguró
Para él, México es un país superior a Belice, Honduras, El Salvador, y Guatemala, motivo que los obliga a salir de su lugar de origen y ejercer acciones como un día levantarse con la decisión de montarse al tren que no sólo sirve para transportar materia prima, sino también como un medio de transporte para migrantes, principalmente para guatemaltecos, hondureños y salvadoreños que tienen como principal objetivo llegar a los Estados Unidos.
Esta manera de viajar es calificada como una de las más peligrosas, sin embargo, sigue siendo una de las rutas más frecuentadas por inmigrantes que a diario deciden subir a este tren en movimiento, como pasó con Nerian.
El hambre era su mejor estrategia para poder dormir, pues sin alimento y algo que lo refugiara de las altas temperaturas que se sentían al anochecer, era como a Nerian le tocaba transitar su lucha.
Fue hasta una mañana que a Nerian le tocó enfrentar una riña que se había desatado con varios centroamericanos que viajaban con un mismo interés, razón que llevó a un hombre a querer eliminarlo de la tripulación.
“Yo venía solo y para seis personas tumbar a una resultaba fácil, pero Dios aún me quiere, caí en Veracruz sin mi pie”, señaló.
Para subirse a La Bestia primero, tuvo que cruzar el río Usumacinta, y pasar unas tantas dificultades para poder parar en México.
Después de todo, tuvo que ser regresado a su país, con la finalidad de seguir sirviendo en el ejército, pero Nerian se aferró y volvió a emigrar, aunque esta vez lo hizo de manera legal.
Ahora, es residente permanente de México, y a sus 65 años conoce gran parte del país, sin embargo, actualmente permanece dentro del asilo Ancianos Desamparados, pues su condición lo ha llevado a tener que pedir ayuda.
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