Desde el 2008, el señor Raúl Castruita dijo estar batallando con la problemática de un yonke frente a su casa en la colonia Partido Iglesias, que provoca ruido, basura y molestia a los vecinos, por lo que se reunió con la sindica municipal Esther Mejía, para solicitarle ayuda.
Destacó que había denunciado ante Servicios Municipales, Desarrollo Urbano y Ecología, pero no hicieron nada.
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“Estoy tratando de resolver un problema, ya añejo desde 2008, que estamos padeciendo en mi casa, como consecuencia de un yonque establecido desde ese año, el cual no ha podido ser cerrado, a pesar de que ya ha sido denunciado ante Servicios Municipales, Desarrollo Urbano y Ecología, y todos en su momento, reciben la denuncia, pero no hacen nada”, expresó Raúl Castruita.
“Me atrevería a decir que les dan dinero para no retirarlos de la vía pública, que es donde desmantelan los vehículos para posteriormente venderlos en partes, porque de otra manera no se entiende que el yonke siga en activo después de 16 años”, agregó.
Ante esta situación, buscó reunirse con la sindica municipal Esther Mejía para manifestarle su problemática.
Dijo que cuando reciben los vehículos, empiezan por quitarles puertas, algunas partes que consideran que pueden vender, siguen con las llantas y ya después, cuando lo desmantelan, mandan traer una grúa y allí mismo los desbaratan, los aplastan.
“No sin antes sacar el motor que también comercializan y lo ponen en medio de la calle y eso no puede estar pasando, porque se supone que un yonke no puede estar en una zona habitacional, y allí está”, destacó.
El señor Raúl Castruita, dijo que ya no sabe que hacer, porque todo esto lo hacen frente a su casa, donde vive junto a su madre de 98 años, su hermano de 73 y el de 70 y ya no aguantan el ruido.
Además, que no los respetan, porque hasta sus necesidades fisiológicas las hacen en la calle, porque no tienen baño en el yonke, además que dejan basura, producto de lo que comen enfrente de su casa.
Finalmente, dijo estar pidiendo ayuda porque quiere que su madre, su hermano y él, puedan pasar sus últimos días de vida en paz, sin ruido y sin los malos olores que provocan los trabajadores al permanecer todo el día en el lugar, sin la presencia de un baño.