“No saben lo que nosotros hemos sufrido para llegar hasta acá y que los agentes del Instituto Nacional de Migración te agarren muy tranquilamente y te vuelven a poner hasta el sur de México, qué les puede hacer mi criatura de 9 meses”, exclamó con lágrimas en los ojos, comentó el migrante venezolano Alexander Belizario, al arribar a Ciudad Juárez.
El sudamericano estaba afuera de una tienda de conveniencia frente a la franja fronteriza, desesperado porque no podía entrar a territorio de Estados Unidos, narrando a la vez su travesía por este país, la cual describe como muy traumática, ya que vio accidentes de niños y personas al caer del tren.
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Belizario platicó que trabajaba en una mina en su país, fue muy maltratado por el gobierno de Venezuela, incluso perdió un ojo debido a que llegaron agentes y lo golpearon con un arma en el ojo: "Me dieron un coletazo, el ojo me lo perforaron y ahora tengo esta prótesis”, explicó.
Después de realizar su recuperación, volvió a trabajar nuevamente en la mina a escondidas de su gobierno, pero nuevamente fue amenazado de muerte él y su familia.
“Sacaron dos grupos más de asesinos y como uno trabaja, por eso nos vimos en la necesidad de migrar; pero en México nos han traumatizado”, reiteró y platicó que, al entrar a México, un grupo de agentes del INM los ayudó.
“Ellos nos ayudaron de manera muy humildemente, nos subieron en un bus, nos introdujeron ocho pueblos adentro y después comenzó la tortura por la misma Migración, no entiendo esa parte, primero nos ayudó, nos metió hasta México y nos dejan, luego vienen otros y comienza la tortura, el maltrato, nos persiguen”, narró.
“Las tragedias que han pasado en esos trenes son culpa de Migración, porque la gente corre a subir al tren y por la desesperación se les cayeron niños y gente que son mutilados, nosotros lo vimos”, platicó Alexander.
Luego, ya en Ciudad Juárez, intentó ingresar a Estados Unidos, pero fue recibido con balas de perdigones de la Guardia Nacional de Texas, además que lo regresaron a tierras mexicanas.
“Cómo ponía yo una denuncia allá en Venezuela, tuve que salir, si denunciaba iba a pagar toda mi familia, allá está un grupo llamado los Colectivos que el gobierno armó y si tú no estás de acuerdo con el gobierno te matan, nosotros no estamos aquí porque queremos”.
“Yo no quiero ir a Estados Unidos a llenarme de plata o dólares, no, busco que no me maten”, contó llorando con desesperación mientras seguía con su viaje junto con su esposa y su bebé.