Cientos de venezolanos se encuentran caminando desesperados en la acera mexicana del río Bravo y frente a las oficinas de Coespo, luego de que el gobierno de Estados Unidos después de dar entrada a su país, los ha expulsado bajo el título 42.
Envueltos en cobijas, recibiendo ropa y comida que juarenses les están entregando, es como pintó el panorama para los venezolanos que soñaban con una oportunidad de vida en el vecino país.
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Algunos haciendo grupos para resguardarse del viento frío que llegó a esta ciudad con bajas temperaturas, otras mujeres colocando cobijas alrededor del barandal de Coespo para resguardar a sus pequeños hijos del frío, algunos aún de brazos y envueltos con una frazada, es como esperan por horas a que autoridades les brinden la ayuda de ser trasladados a un albergue, pues tienen días en la calle.
David de 28 años, fue regresado a Ciudad Juárez, desde el pasado sábado está durmiendo en la calle y comenta se siente muy triste, porque las autoridades de El Paso, Texas, ni siquiera le dijeron que sería enviado a México.
“Ya tenía días allá en Estados Unidos, como cuatro días, el sábado, a las 2:00 de la tarde, nos subieron a un grupo de personas a un camión, sin decirnos nada, sólo que subiéramos, el camión hizo un breve recorrido, nos dijeron van a caminar por este camino derecho con las manos atrás y llegamos a la aduana mexicana, ahí me di cuenta que me habían regresado”, platicó David.
Con la mirada visiblemente nublada y ojos hinchados porque lloró mucho, mencionó que no es justo que lo hayan regresado de esa manera, ahora no tienen dinero, ni un lugar donde dormir, además está nervioso, porque uno de sus compañeros con quien fue regresado está desaparecido.
“Estoy asustado, no sé dónde está mi amigo, venía conmigo en el camión de Estados Unidos y cuando salimos de la aduana mexicana ya no lo encontré, todos nos estamos reuniendo aquí, pero ya no lo encuentro por ningún lado, de todo el grupo, sólo él quedó perdido”, conto David.
Varios juarenses al ver la situación de vulnerabilidad en que se encuentran los migrantes venezolanos que están en la calle, se han acercado a brindarles cobijas, chamarras y hasta comida, como fue el caso de un par de emprendedores que venden tamales.
“Nosotros sacamos a vender 150 tamales diarios, hoy venimos a dejarles todos, esto lo hacemos de corazón, saqué también ropa porque veo que no traen nada, en los grupos que estoy de ventas nos dijeron de la gente, mi esposo y yo nos arrancamos a ayudar”, contó Mayra y Alberto, vendedores de tamales y quienes se retiraron con nostalgia, ya que al final un pequeño les pidió un tamal más porque se quedó con hambre.
Los venezolanos, están sorprendidos por las altas temperaturas de Ciudad Juárez, pues argumentan que aún con cobija sienten frío, pues en su país, nunca ha hecho tanto frío.