Aunque hace días el alcalde, Cruz Pérez Cuellar, manifestó no estar de acuerdo con la construcción fija de casas de madera, los migrantes venezolanos, ya tienen aproximadamente seis espacios más del mismo material.
“Así como estamos, nos calentamos bien, ponemos la fogata, esto lo hicimos gracias a un señor que trajo dos camiones grandes con madera, de ahí hicimos las casas y las fogatas, también nos regaló las sábanas y cobijas, nos han ayudado mucho” , comentó uno de los migrantes que viven en casitas de madera.
Inicialmente, era sólo unas paletas improvisadas para resguardarse del frío, sin embargo, siguen llegando venezolanos del sur de México y ya no hay casas de campaña, por lo que improvisaron un espacio para resguardarse, sobre todo de las bajas temperaturas.
“Ahí en la orilla de la calle, llegaron y abandonaron toda la madera, nosotros, cada quien las empezamos a armar todo esto como su fuera una tienda de campaña”, comentó uno de los venezolanos que ayudaron a construir las casitas.
Dijo desconocer, si hay o no permiso para instalar ese tipo de tiendas de madera, que, hasta el momento, nadie se ha acercado a decirles que no se puede hacer eso.
“Aquí nadie se nos ha dicho nada, ni los de la Guardia Nacional, que siempre andan por aquí, nos tratan muy bien y hasta nos cuidan muy bien, la gente que ha venido a este lugar, es para aportar algo, darnos ayuda alguna un donante”, explicaron.
También dijeron que ya sintieron el clima extremo de Ciudad Juárez, pues han pasado frío dentro de las casas, aunque son de madera.
Para calentarse, se les ocurrió hacer fogatas cercanas a las maderas y sábanas, los cuales los ponen en un grave peligro, ya que todo con lo que construyeron esas casas es fácil de prender, pero argumentan que es lo único con lo que pueden mitigar el frío de la madrugada.
Cabe destacar, que, en cada una de las casas de madera, duermen por lo menos de 10 a 16 personas, además afirman los venezolanos, que esperan una familia de seis integrantes, que tendrán que acomodar entre las casas que están ahí, pues ya se les terminó la madera con las fogatas.