Los venezolanos varados en esta ciudad, han optado por dedicarse a pedir dinero en las calles con algunos letreros donde hacen saber su situación precaria, otros más ofrecen dulces a cambio de dinero y existe otro grupo que decidió invertir en limpiaparabrisas y apostarse en varios puntos de la ciudad.
La dinámica que implementan los migrantes, consiste en agruparse en los cruceros de cuatro a seis personas -que se hacen acompañar de mujeres y niños- y se acercan a los automóviles para limpiar los vidrios, pero estos son muy insistentes.
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Los conductores que pasan por el crucero Avenida de las Américas y Paseo Triunfo de la República, manifiestan tener temor, ya que son muy insistentes cuando reciben un no como respuesta.
“La terquedad de las personas migrantes para asear el cristal y obtener una moneda, nos da miedo cada vez que pasamos por aquí, deberían las autoridades de migración o ya de perdida los policías pedirles que acepten cuando una no acepta el servicio”, dijo la señora Robles.
Otro cruce donde también se concentran es avenida Franklin e Ignacio Mejía, donde mujeres y niños piden dinero a cambio de golosinas e insisten hasta que las personas acceden a darles dinero.
“Mire nada más como está ya la situación, en tiempo de calor no vamos a poder ni traer el vidrio abajo, ante el temor de que saquen algo o nos avienten algo por no darles dinero”, mencionó Rodrigo Sánchez, quien utiliza estas calles para llegar a su trabajo.
Un tercer crucero donde estas personas han decidido apostarse por varias horas es en Paseo Triunfo de la República, justo donde eta el retorno para la vuelta indirecta hacia la Adolfo López Mateos, frente al hotel Lucerna.
“Estas personas deberían estar trabajando, existen muchos espacios para ellos, pero sabe qué y encontraron esta fácil manera de hacerse de dinero, entre que dan lástima por traer a los pequeños, pero nada de esto es correcto, perdón pero son flojos y pues la verdad así no van a progresar”, enfatizó Alma, quien a diario teme y que todos rodean los vehículos para limpiarlos.
Finalmente, los entrevistados piden a las autoridades estar atentas y que se eviten incluso hasta robos, ya que el enojo puede escalar tras la negativa a darles dinero.