Conforme se acercó el final del Título 42, las calles del centro de la ciudad se quedaron vacías de extranjeros, luego de que los migrantes que deambulaban en busca de apoyo para comer, ya se fueron a solicitar el asilo político a Estados Unidos.
Desde hace una semana, ya no se escuchan los gritos de arepas y empanadas, que eran ofrecidas en venta por venezolanos que buscaban la manera de solventar sus gatos mientras permanecían en esta frontera.
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Juan López, bolero de la zona centro, dijo que días antes se veía en las calles Ugarte, Noche Triste, Juárez y 16 de septiembre, además de donde están las letras de Juárez, llena de centroamericanos que buscaban ayuda.
En la oficina de la Organización Internacional Migratoria, que depende de la ONU y que se encuentra en la 16 de septiembre, entre la Juárez y Francisco Villa, era visitada diariamente por los extranjeros para recibir asesoría y apoyos.
Hoy, hace unos días, llegan pero ya uno que otro migrante, después de eso se van inmediatamente al bordo del río para formarse en las líneas y entregarse a las autoridades de migración.
Mientras tanto, en lo que respecta a los migrantes que permanecían en el campamento afuera de la presidencia ya casi quedó solo, los que estaban se fueron a formar para solicitar el asilo.
Si quedaron, pero fueron unos cuantos, dijo un empleado de Limpia que acudió a levantar las carpas y basura que dejaron los extranjeros.
Conforme se fue corriendo la voz de que ya los estaban recibiendo, se comenzaron a retirar, dijo el empelado del Municipio.