Edmunda Ríos de 64 años, viajó desde Torreón para volver a tener entre sus brazos a su hija, a quien dejó de ver desde hace 17 años, ya que su primogénita decidió desde los 9 años buscar el sueño americano y este fin de semana en "Abrazos No Muros" la volvió a sentir.
"El reencuentro fue muy bonito, pero triste, porque fue bien pronto, estuvimos llorando las dos”, contó la señora Ríos.
Sentada en su silla de ruedas, a la señora no le dio miedo que la bajaran por la rampa que llegaba a la mitad del río Bravo, todo con tal de sentir nuevamente a su hija y sobre todo abrazarla fuerte, durante seis minutos que ofreció el evento binacional "Abrazos No Muros".
"Lo que más disfruto es ese ratito de poder estar con ella, fue bonito verla en persona y poder abrazarla", compartió la madre.
Aunque confesó, que la ha visto por videollamadas, aclaró, que no es lo mismo que tenerla de frente y poder abrazarla.
Su hija Dora Castañón, ya tiene una vida formada en Estados Unidos, tiene cuatro hijas y está casada.
Dora, ya con 41 años de edad, no paraba de emocionarse de ver a su mamá, que por primera vez asistió al evento de "Abrazos No Muros".
Respecto a la situación legal de Dora, su hija Roxy, quien tiene 21 años y estuvo de lado mexicano, indicó que ya están dentro sus papeles para solicitar residencia.
"Dice mi hija, que ya es cuestión de meses o un año para que ya esté legal para poder venir a visitarnos", finalizó doña Ríos.
Esta fue la décima edición del evento Binacional "Abrazos No Muros”, al que asistieron 900 personas de 150 núcleos familiares.