“Yo tuve que aprender a hablar como juarense, para que los policías creyeran que lo era. Ellos decían que odiaban a la gente migrante y siempre me quitaban el poco dinero que sacaba trabajando. A mi en Juárez no me fue nada bien, fue gracias Dios y al albergue Esperanza para Todos que yo estoy vivo y que ya estoy en Estado Unidos, porque ni las autoridades”, expresó Waldemar, quien estuvo a punto de morir, fue secuestrado en esta ciudad y violentado por las autoridades; ahora, ya se encuentra viviendo el sueño americano.
El joven de 32 años, originario de Guatemala, platicó que cuando ya se encontraba sin ilusión, desesperado y temeroso en esta ciudad, debido a los malos tratos que había recibido, un paisano le habló del albergue Esperanza para Todos, donde permaneció un año mientras esperaba a ser llamado por las autoridades estadounidenses.
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“Yo no recibí ayuda de nadie, ni de las autoridades, ni albergues del gobierno ni en ningún albergue. Yo pedí ayuda porque me habían secuestrado y nadie quiso hacerlo, y acá puedo decir que la señora Griss hasta atención psicológica me dio”, expresó.
Waldemar fue secuestrado luego de que se entregó a las autoridades norteamericanas después de que quisieran matarlo en el “cerro de la Cruz”, al ser devuelto bajo el Título 42, fue secuestrado junto con otros migrantes, “nos tenían a todos en un cuarto, le quitaron mucho dinero a mi familia”, señaló.
Actualmente, se encuentra trabajando en Estados Unidos y buscando la manera de tener una mejor vida. “Si algún día tengo la oportunidad de regresar a Ciudad Juárez, sería sólo para visitar el albergue, para mí ellos sí fueron una esperanza”, expresó.
Por su parte, Cesar Varela, dijo que permaneció más de dos meses en este albergue y siempre buscaron la forma de ayudarlo.
“Había otros albergues más presentables pero cuando llegué a este albergue por medio de un señor del grupo Beta, la señora Grissel me alojó y me trató muy bien y me sentí muy seguro”, expresó el hombre originario de Honduras.
“Era humilde la comida pero nunca faltó” señaló. Actualmente él se encuentra viviendo en Virginia y antes de lograr el sueño americano, el albergue lo despidió con una comida especial, contó.