Este quinto domingo del tiempo ordinario, contemplamos en el Evangelio a Jesús que expulsaba a los demonios y ahora nos enfocamos en la atención a los enfermos.
“Jesús realiza una actividad que es la curación de enfermos y la iglesia prolonga la actividad de Jesucristo de dos maneras, la actividad espiritual, es decir la cura de los enfermos y la iglesia ora por ellos mediante el sacramento de la unción de los enfermos y de manera material la iglesia se compromete con hospitales”, mencionó el padre Eduardo Hayen Cuarón.
En realidad, mucha gente la está pasando mal. La situación económica, el trabajo, la salud, el amor, sabemos que es así, aunque ellos no digan nada. Nosotros tampoco decimos nada, por un falso respeto. Y así seguimos.
“Entendamos de como la medicina es un don par a toda la humanidad, para todos nosotros, en el libro del eclesiástico se hace un elogio a los médicos”, agregó durante el sermón de la misa este 4 de febrero.
“La enfermedad no va a desaparecer ya que es una condición afectada por el demonio, desaparecerán algunas enfermedades y aparecerán otras también, no perdamos la esperanza hermanos”, pidió el sacerdote a la feligresía.
“El enfermo antes de Jesucristo era una persona maldita que pagaba por sus pecados, por eso se traduce a que todas las enfermedades eran por los pecados que traían consigo, por ende cuando nacían ciegos o con algunas enfermedades era por que los padres pecaron”, dijo.
“Cuando llego Jesús esto cambio ya que el curo a enfermos, ciegos, leprosos, postrados, entre otros, diciendo que por sus llagas hemos sido curados, el tomo enfermedades y dolencias, por lo que a partir de cristo se vuelve una unión con Dios”, resalto Hayen Cuarón.
“Mucha gente se ha santificado llevándose enfermedades, un ejemplo es San Ignacio de Loyola, fue afectado por una bala de cañón durante la guerra y este al meditar en la vida de los santos, empezó su camino de conversión enorme, logrando santificarse”, relató el sacerdote.
“Las personas enfermas, algún día ya no tendrán el control de su voluntad, son cosas muy duras las que viven los enfermos, por o que hermanos, esos enfermos son preciosos a los ojos de Dios, entonces un enfermito puede orar por su salud y sanación, es necesario y legitimo pedir la salud”, subrayó.
Para concluir, Hayen Cuarón aconsejó que los enfermos que hacen oración o los que interceden por ellos, hagan reflexión y pidan que no se haga lo que ellos quieren, sino lo que el Señor quiera, pedimos la salud, pero dejémonos conducir por Dios.