El Río Bravo tiene una extensión de 3 mil 034 kilómetros, es la división entre México y Estados Unidos, colinda con los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, diariamente es utilizado por miles de migrantes que lo atraviesan para alcanzar lo que ellos llaman “Sueño Americano”.
Hay dos contrastes muy marcados que tiene este río en dos fronteras, en la de Ciudad Juárez y El Paso, está completamente seco, mientras que en McAllen y Reynosa, es abundante en su afluencia de agua y profundo, con ambiente tropical.
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Lo que comparte este cauce natural es que en los últimos cinco años, el alto flujo de migrantes han perdido la vida tratando de cruzarlo para solicitar asilo político o quedarse de manera ilegal en Estados Unidos.
Abordar el tránsito migrante del sector del Valle del Río Grande en McAllen, es decir, es hablar de 514 kilómetros de extensión y 88 mil kilómetros cuadrados de territorio.
El Río Grande tiene un ancho de 50 a 150 metros y una profundidad de hasta 14 metros, lo peligroso en estas aguas es que se producen remolinos marítimos por la corriente, la Patrulla Fronteriza de ese sector comentó que hace aproximadamente un mes murieron cuatro migrantes ahogados.
“Hay muchos casos en los que el migrante no puede cruzar el río y se ahogan en su intento de querer cruzar la frontera, invitamos al migrante a no cruzar este río, porque sí termina siendo un viaje fatídico y podría ser el último que él haga en su vida”, expresó Andrés García, agente de la Patrulla Fronteriza del sector de Río Valley.
Los migrantes utilizan todo tipo de objetos para cruzar el río como salvavidas, flotadores y camas inflables.
En todo el sector de McAllen, la Patrulla Fronteriza tiene 10 botes para navegar y custodiar lo que ellos llaman el Río Grande.
Los migrantes cuando escuchan los barcos de la Patrulla Fronteriza se quedan de lado mexicano, en cuanto tiene oportunidad cruzan en balsas, cuando alguien queda varado en el río y también hacen rescates.
Los migrantes aprovechan que en ese sector de lado de México a la orilla del río Bravo hay parques y tardes de pesca, es cuando se lanzan a entrar de manera ilegal.
También este río tiene lugares que miden menos de un metro de profundidad y el migrante entra por esas partes, como es el caso del parque Anzaldúa.
Con información de Gloria Chávez, jefa de la Patrulla Fronteriza de Valle del Río Grande, entre el 2021 hasta el 2023 había cruces de hasta 2 mil migrantes por día, actualmente son entre 200 o 400 por día.
Esto en contraste a Ciudad Juárez y El Paso, el Río Bravo en este momento lo único que lleva es basura, está completamente seco, los peligros que enfrentan los migrantes es la Guardia Nacional de Texas, los ‘polleros’ y el fuerte calor que alcanza temperaturas de 40 y 46 grados centígrados y en invierno baja a menos cero.
En agosto del 2022, en Ciudad Juárez cayó lluvia y el caudal de agua era alto, fue ahí cuando una madre guatemalteca y su hija se arriesgaron a cruzar el Río Bravo y fueron arrastradas por la corriente de agua.
Autoridades de Estados Unidos y México trataron de rescatarlas, pero la menor de 5 años de edad fue arrastrada y cuando lograron sacarla, ya estaba muerta.
Migrantes no han hecho conciencia de los llamados que las autoridades de ambas fronteras hacen, diciendo que cruzar la frontera podría ser el último viaje de sus vidas.