Alrededor de 80 a 100 migrantes, según estimación de agentes del Instituto Nacional de Migración, permanecen en el reducido espacio entre el río Bravo y la cerca reforzada con alambre de púas por autoridades de Texas.
El fuerte viento que alcanza una velocidad de los 60 a 70 kilómetros por hora, desbarata por ratos, las casas de campaña improvisadas que elaboraron los migrantes para protegerse de la tierra y el frío.
En un recorrido realizado por reporteros de esta casa editora, se pudo apreciar que las casas de campaña hechas a base de cobijas, palos y bolsas de hule negro, extranjeros permanecen en el lugar con la esperanza de que les den oportunidad de pasar a Estados Unidos y poder iniciar su trámite de asilo político.
Agentes del INM que permanecen en el lado mexicano, relatan que los migrantes no desisten de su propósito y se lanzan al río para llegar al bordo del lado americano, unos permanecen en las casas de campaña y otros se la pasan recorriendo la orilla buscando una oportunidad para internarse al vecino país.
Durante la noche y mañana de hoy, estuvieron llegando familias de extranjeros, se les invitó a pasar a los albergues, pero estos se negaron y decidieron cruzar el río, pese al fuerte viento.
Mientras tanto, del lado norteamericano, militares de la Guardia Nacional permanecen a la expectativa para actuar en caso de que los migrantes dañen el alambre de púas e intenten cruzar de manera masiva, tal y como ocurrió el jueves próximo pasado.
Hay una unidad con agentes del INM vigilando permanentemente la zona de la puerta 36, donde se han concentrados los extranjeros, mencionó uno de los elementos de la federación.
Hasta el momento no hay indicios de que las autoridades del CBP abran la puerta para el paso de los migrantes, por lo que tendrán que permanecer en el área hasta que desistan de sus intenciones del llamado sueño americano.