La Guardia Nacional de Texas endurece su resguardo, este sábado en los marcadores de seguridad fronteriza (BSI) 36, 40 y 42, migrantes que cruzan a través del alambre de púas lo sacan con disparos de balas de gas pimienta.
Son bastantes los grupos de migrantes que deambulan de puerta en puerta buscando un espacio para ingresar del río hasta el muro fronterizo.
Si logran cruzar los migrantes, de inmediato los militares les piden que se regresen a México, si no obedecen, disparan para regresarlos.
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“La lucha aquí sigue, yo no puedo regresar después de todo lo que he pasado, ha sido difícil estar aguantando hambre, frío, calor, sin agua”, platicó Francisco Sánchez de Nicaragua.
Dijo que por las tardes los militares texanos, toman agua enfrente de ellos y cuando les piden no les quieren dar, les gritan que se vayan a lado de México.
“Nos maltratan, se ríen de nosotros, pero aquí solo es la voluntad de Dios”, dijo el nicaragüense.
Él como otros cientos llegaron durante la semana, en el tren que traía una caravana de más de mil 500 migrantes.
“Nosotros no sabíamos que estaba todo esto del alambre y los militares, pensamos que solo era cruzar el río y entregarnos, esto es una odisea para entrar, acá (México) nos roban y allá (Estados Unidos) nos golpean, nos están disparando”, contó Francisco.
Finalmente, dijo que la esperanza sigue, que su familia, que está en Nicaragua, ya agotó todos los recursos para apoyarlo en su travesía, por lo que seguirá intentando pasar, “En mi país la situación es dura, allá el que tiene dinero son los que trabajan en el gobierno”.