Los pequeños en situación de movilidad, sufren múltiples complicaciones en el transitar desde sus lugares de origen hasta su destino, en esta ocasión, José, de ocho años de edad, acompaña a sus padres desde Venezuela.
El menor está dentro de los desalojados del bordo del río Bravo, en ese lugar quedaron los pocos juguetes que tenía gracias a que un grupo de misioneros se los regalaron semanas atrás.
“No tengo ya mis juguetes, todos los dejé en el lugar donde dormíamos, los policías llegaron y se quedaron en ese lugar, no pude traerlos conmigo, eran un monito que defendía a su familia y un osito pequeño y un carrito” relató el niño, con tristeza en rostro.
Dentro de las peticiones para esta navidad, en su carta estará la petición de una casa, para ya no tener que estar cambiando de residencia y más juguetes, solo busca tener con que distraerse, ya que se la pasa aburrido la mayor parte del día, según sus propias palabras.
“Haré una cartita y te contaré, que pediré una casa para que mi mamá, mi papá, mis hermanos y yo tengamos donde dormir todos los días, no me gusta que estemos acostados en la calle o en la tierra, yo si sueño con tener una casita no importa si no es grande para todos vivir juntos”, detalló el pequeño antes de hacer una pausa, suspirar y agachar su cabeza.
“Los juguetes pues si son importantes, pero estoy pensando en mejor cambiar por otra cosa, porque nos llegue una cocina con muchos alimentos, porque no todos los días tenemos, papá y mamá a veces no comen, pero a nosotros si nos dan sus alimentos”, visiblemente serio, compartió José.
El objetivo de los padres del menor es llegar a los Estados Unidos, pero se frenó su intensión, después del cambio en algunas leyes de la Unión Americana, argumentaron los padres del pequeño José.