“Dejamos todo en Guatemala. Tengo un niño de 14 años y una nena de 6 años y esa nena me dice yo quiero estudiar, quiero ser doctora y el otro me dice quiero ser alguien y comenzamos a pensar ¿qué hacemos?, yo trabajaba y trabajaba pero no teníamos nada. Juntamos dinero, pagamos aquí, pagamos allá, nos quitaron celulares, un muchacho nos ayudó cruzamos y más tardamos en lo que nos regresaron a México”, comentó Luis, uno de los más de 5 mil migrantes que han sido atendidos en el gimnasio municipal Kiki Romero.
“Luis”, forma parte de los cientos de retornados bajo el título 42 por las autoridades americanas, por lo cual hace una semana el gimnasio era su hogar al igual que el de su familia.
“Nos tuvieron (autoridades americanas) en unos cuartos fríos, nos engañaron, nos dijeron que era otro vuelo a otra parte, pero no, nos deportaron. ¡Qué malos!, ¿porqué no nos dicen, porqué no nos avisaron?. Hay personas que tienen trabajo donde viven y dejan todo por llegar hasta allá y todo se pierde”, contó en entrevista con este medio.
“Luis”, quien decidió omitir su identidad oficial, trabajaba en su natal Guatemala en el campo y fue poco a poco como juntó el dinero para llegar con su familia hasta Ciudad Juárez, sin embargo en el camino se les terminó parte de los recursos con los que contaba para él y sus hijos, por lo cual tuvo que pagar con sus teléfonos celulares y demás pertenencias.
“Pagamos como sea, fue juntar y juntar dinero, pagamos bus, cuando no alcanzó el dinero nos quitaron los teléfonos ahorita no tenemos ni teléfono, estamos sin nada. Gasté como 15 mil quetzales (moneda guatemalteca), en pesos son como 38 mil pesos”, añadió.
Al llegar a Ciudad Juárez, fue auxiliado por un joven quien lo llevó hasta la orilla del muro fronterizo, para que pudieran entregarse a las autoridades americanas de la Patrulla Fronteriza.
Sin conocerlo le pregunté y me dijo que en el muro; me vio con mi esposa y mis hijos y me echó la mano y fue como cruzamos, nos entregamos a las autoridades. Nos tomaron los datos, nos preguntaron de dónde veníamos, si teníamos trabajo y ya fue cuando nos llevaron a los cuartos fríos Comentó
A las pocas horas de haberse entregado, el hombre junto con su esposa, su hija de 6 años y su hijo de 14 fueron regresados a México.
Al ser retornado bajo el Título 42, llegó junto con sus dos hijos y esposa hasta el gimnasio municipal Kiki Romero, en donde aseguró que la atención era muy buena.
“Aquí nos tratan bien, no queremos quedarnos aquí pero sí nos han tratado bien, pero queremos llegar hasta Estados Unidos”,
Desde abril que el gimnasio se puso en funciones han recibido 5 mil 328 migrantes extranjeros y mexicanos.
Rogelio Pinal Castellanos, informó que la cifra corresponde desde el pasado mes de abril que se puso en funciones como albergue el gimnasio.
actualmente sigue atendiendo a la población migrante que en su mayoría son de Ecuador, Honduras, Salvador, Haití, Colombia y Venezuela.
Comentó que hasta el miércoles se encontraban 343 personas de las cuales, alrededor de 160 son niños y adolescentes, en su mayoría de 0 a 6 años de edad.
En el lugar, las personas son atendidas con todas las medidas sanitarias, por lo que al ingresar se les aplica la prueba rápida de Covid-19 y en caso de salir positivos son trasladados al hotel Filtro.
Quienes se quedan en el albergue reciben un espacio humanitario, así como alimentos, servicio médico, traslados a otros albergues o a la central de autobuses, y ropa que es donada por organizaciones nacionales e internacionales, además de asociaciones civiles.
Pinal Castellanos indicó que todos estos beneficios se ofrecen de manera gratuita, aparte, quienes desean retirarse del lugar pueden hacerlo sin ningún problema.
Los migrantes permanecen durante siete días en el albergue y después son transferidos para mayor estancia al Centro Integrador para Migrantes Leona Vicario.
