Decenas de migrantes caminan por el bordo del río Bravo algunos que han bajado del tren, otros en autobús pero todos con la convicción de llegar al Border Safety Initiative Marker (BSI 36/ Marcador de Iniciativa de Seguridad Fronteriza) para entregarse a autoridades norteamericanas.
Mientras en la frontera de México el flujo migratorio continúa, autoridades de Alto Nivel de Estados Unidos se están reuniendo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, para buscar una solución para tener una migración controlada, segura y sobre todo legal.
Ciudad Juárez se ha visto afectada por dos sucesos debido al aumento de flujo migratorio, en septiembre se detuvo el cruce comercial por semanas y hace unos días se paró el cruce ferroviario a Estados Unidos por el fenómeno migratorio, ya que diariamente se entregaban entre mil 300 a mil 500 personas a la Patrulla Fronteriza.
Otro factor que se busca es que las personas que están en tránsito migratorio no expongan su vida ni con traficante ni con las inclemencias del tiempo.
No obstante este miércoles en el BSI 36 cientos de migrantes amanecieron en casas de campaña, envueltos en cobijas, creando fogatas por las tardes, esperando ser procesados por la Patrulla Fronteriza.
Familias con bebés en brazos atraviesan el río Bravo sin importar las bajas temperaturas.
Algunos de los extranjeros que caminaban de lado americano opinaron sobre lo que piensan sobre la reunión de alto nivel entre México y Estados Unidos.
“No hablo por mi sino a nombre de todos los migrante, al presidente de México le pediríamos que nos eche la mano para llegar, nosotros no queremos una estadía aquí, que nos ayude mientras permanezcamos el tiempo que tengamos que estar aquí para poder cruzar a Estados Unidos”, pidió Alexander Bueno, de 21 años, quien viaja solo desde Venezuela.
“Al presidente de Estados Unidos que sepa que estamos arriesgando la vida para llegar a su país en busca de un mejor futuro para nuestra familia, sabemos que hay personas que van allá y no hacen las cosas bien, pero nosotros vamos enfrascados en lo nuestro a trabajar para ayudar a la familia”, comentó el venezolano antes de cruzar el río.
También pudieron: “Ojalá uno pudiera entrar legal a Estados Unidos y que nos dieran un permiso para trabajar.
Alexander dijo que sí se apoya al migrante a entrar de manera legal eso ayudaría a disminuir el paso ilegal.
“Es nada más que agilice las citas de CBP One y con eso se terminaría la entrada ilegal”, opinó Alexander.
México representa un riesgo para ellos, ya que en varios estados miembros tras transitar en autobús les quitan dinero las autoridades.
“Es muy complicado llegar de Chiapas hasta acá, lo primero migración no nos deja avanzar, por otra parte los chófer de los buses se aprovechan de nuestra situación, nos cobran el pasaje super elevado de lo que es el precio original y a Estados Unidos, agilizar CBP One, para no tener que estar en esta situación en el frío esperando entrar por puertas fronterizas ilegalmente y sobre todo evitar que niños se mojen al cruzar el río”, expresó Daniel Manzano de Venezuela.
Un pasaje les costaba 170 mil pesos colombianos y tenían que pagarlo en 340 mil pesos colombianos, además en las revisiones les cobran hasta mil pesos moneda nacional para permitirles continuar arriba del autobús, quien no trae dinero, le toca caminar y subir en el tren.
“Sólo queremos que nos hagan el proceso más fácil y evitar que nos hagamos daño físico, incluso aquí los alambres de púas; en México lo más difícil es la autoridad de migración, ellos nos quitan mucho dinero”, dijo Manzano.
El venezolano indicó que sólo quisieron que les agilicen la entrada a Estados Unidos, ya que su migración es por la crisis económica que viven en su país.
Aunque las autoridades de Estados Unidos siguen haciendo advertencias de fuertes sanciones y expulsiones de migrantes, no ha sido suficiente para poner un freno al flujo migratorio ilegal.