Sin duda alguna, los migrantes varados en esta frontera son en estos momentos, una población con mayor porcentaje de vulnerabilidad, muestra de ello, son los venezolanos que están frente a la franja fronteriza en la colonia Bellavista.
Más de 50 personas se reúnen cada día entre las calles Dalias y Cobre, justo ahí, se ha convertido en un basurero, que al parecer a las autoridades competentes, como la dirección de limpias se les ha olvidado revisar.
Al cruzar por esa área hay mal olor, escurrimiento de agua sucia que tiene encharcados enormes baches, sillones viejos y sucios es donde pasan el día los venezolanos.
También se observan varias montañas de basura con residuos de comida, ropa sucia, botellas de agua, soda, bolsas, muchos cartones, cajas de pizza y todo tipo de residuos.
En la esquina se encuentra un albergue religioso que ofrece resguardo, baños y regadera para los migrantes, pero afuera, ese lugar es completamente insalubre, en especial para los infantes que corretean entre la basura.
Las personas que deambulan por ahí o se sientan a un costado de la basura parece no incomodarlos, muy diferente al comportamiento que tenían en el bordo del río Bravo en llamado campamento venezolano, donde vivían en tiendas de campaña.
Los venezolanos diariamente organizaban cuadrillas para limpiar todo el bordo por donde ellos estaban, pedían bolsas, escobas para limpiar e incluso ellos solicitaban que pasara un camión para que recogiera la basura.
En lo que toman una decisión de quedarse en México o regresar a su país, los sudamericanos no tienen más opción que vivir en esa situación precaria e insalubre, que fue el motivo por lo que autoridades eliminaron su campamento en el río Bravo.