“Toca darle igual, lo que Dios quiera, ya estamos cansados de la situación de nuestro país, yo me voy a arriesgar a lo que sea”, comentó Robert Beldomo de Venezuela, a quien no le importa si va a la cárcel al entrar de manera ilegal a Estados Unidos.
Se le cuestionó a Robert si sabía sobre la nueva ley SB4 impulsada por el gobernador de Texas Greg Abbott sobre facultar a policías estatales y municipales a detener y enjuiciar a migrantes, además de poder retornarlos a México sin tener un juicio para solicitar asilo político o , pero se limitó a contestar “Algo había escuchado de eso”.
“Así me metan a la cárcel qué más podemos hacer y ya pa’ lante”, opinó el migrante de 23 años que realizó la travesía con otro amigo.
Toda su familia, esposa, se quedó en Venezuela y él vino hasta esta frontera para buscar una manera de mejorar su situación de crisis económica que vive en su país.
“Fue mucho camino, en Guatemala es una extorsión de policías donde a uno lo tratan muy mal, pero vamos para delante, ya estoy aquí cerca, ya no más es buscar la manera de cruzar”, comentó mientras caminaba por la deriva del río Bravo.
El venezolano comentó que todos los migrantes quieren llegar a Estados Unidos con la finalidad de trabajar y así conseguir una mejor vida.
Sabiendo que podría ir preso, que hay expulsiones directas hasta Venezuela, el migrante de todos modos siguió su travesía.
De inmediato, el joven cruzó el río y después de unos minutos logró entrar entre un hueco y entregarse a las autoridades de Estados Unidos.