Luego de que el domingo se obligó a los migrantes venezolanos a desalojar los límites de la frontera entre Estados Unidos y México, esta mañana luce vacío el terreno del río Bravo.
Sin embargo, cientos de migrantes siguen atravesando el río para entregarse a la Patrulla Fronteriza y comenzar su proceso de asilo político, principalmente personas originarias de Nicaragua y Colombia.
También algunos venezolanos que acababan de llegar a Ciudad Juárez y pretendían unirse al campamento venezolano, ya que esta frontera era conocida como su punto de congregación.
Muchos de los venezolanos que estaban viviendo en casas de campaña, no se fueron al albergue, se quedaron cerca del área, principalmente en un parque.
"Los albergues son como una cárcel, preferimos estar en la calle, además, ahí nos quitan el celular, no dejan salir a ningún lado", expresó uno de los migrantes que se encuentran en la calle.
El venezolano dijo que durante la noche del domingo, juarenses pasaron por el lugar, al verlos en el frío, les regalaron casa de acampar, de inmediato las instalaron en el parque y ahí durmieron.
En la mañana del lunes, entre las 10:30 y 11:00 horas, llegaron policías y agentes del Instituto Nacional de Migración, quienes nuevamente, les pidierieron que se retirarán del lugar, ya que no se les permitirá estar en ningún área pública.
Un estimado de 100 migrantes fueron retirados del parque, incluso algunos, fueron subidos a las unidades del Instituto Nacional de Migración, se desconoce si fueron llevados a un albergue o para revisar su papelería.
Muchos comentaron que ellos seguirán durmiendo en el área de los negocios de carwash y desponchadora, mientras que autoridades dijeron de manera extraoficial, que ellos no pueden mover los de ahí por ser propiedad privada, pero de darse algún reporte de los propietarios, entonces procederán a desalojar a venezolanos que están ahí.
Mientras tanto, la migración por el río Bravo no para ni media hora, pues a todo momento siguen cruzando personas de diferentes nacionalidades.
Incluso, un hombre mexicano, se vio motivado a entregarse a la Patrulla Fronteriza, argumentando que su vida y la de sus tres hijos estaba en riesgo en Ciudad Juárez.