Más de dos docenas de migrantes, acompañados por al menos 10 menores, tres de ellos en brazos, estuvieron merodeando el área del Border Safety Initiative Marker (Marcador de Iniciativa de Seguridad Fronteriza BSI 36) para ingresar.
La Guardia Nacional de Texas estuvo regalando botellas de agua para los grupos que les pedían ayuda y que los dejaran entrar, pero la respuesta de los norteamericanos solo era que siguieran cambiando.
Uno de los migrantes pedía que se unieran todos los grupos que caminaban por el lugar y entraran juntos, ya que así era más fácil que no los frenará la Guardia Nacional de Texas.
Uno de los grupos colocó ropa entre el alambre de púas para hacer una entrada, sin embargo, después del alambre se dio cuenta de que había púas enredadas, por lo que les fue imposible cruzar, pero no se dieron por vencidos.
Sus mismos compatriotas comenzaron a buscar prendas tiradas en la orilla del río para colocarlas por donde ellos consideraban era más fácil cruzar.
Al ver lo que estaban haciendo, los mismos agentes de la Guardia Nacional les dijeron que se unieran al otro grupo, que estaba a unos cuantos metros de distancia.
Tres de los migrantes que se quedaron en el lugar lograron entrar entre la ropa y el alambre de púas y corrieron hasta llegar al BSI 36.
Luego se les unió una familia compuesta de padre, madre y dos niñas menores de edad, inmediatamente agentes de la Patrulla Fronteriza los detuvieron para llevarlos a los Centros de Procesamiento.
Los agentes de la Guardia Nacional de Texas al ver estos cruces rápidamente trataron de tapar el hueco que hicieron con ropa.
No obstante, la Guardia Nacional de Texas les dio indicaciones de que caminarán más lejos para dejarlos entrar.
Luego se observó otro grupo de unas seis personas que llegaron al BSI 36 por lado americano corriendo, esto es lo que se vive diariamente entre la frontera de Ciudad Juárez y El Paso, Texas.